Sin puntos de coincidencia

En circunstancias en las que se acentuaba el sentimiento anti peruano en el país, por divergencias de carácter folclórico- cultural planteadas a nivel de la Unesco, el canciller del gobierno de Lima, Gonzalo Gutiérrez, hizo conocer su punto de vista sobre el tema marítimo, manifestando:

“Lo que Bolivia presentó ante La Haya no tiene que ver con su tratado de límites (Tratado de 1904), sino con un memorando que se intercambió entre los países en la década de los 50, en la que aparentemente Chile se comprometía a entablar una negociación para conceder una salida de Bolivia al mar” (EL DIARIO, 22 de noviembre de 2014).

La declaración, considerada como aclaratoria en respaldo a la verdad histórica, tuvo buena acogida en el país. En consecuencia sus palabras, sus inquietudes políticas, fueron un aliciente para que Bolivia siga bregando, con mayor fuerza y en unidad, en los estrados de la Corte Internacional de Justicia, para lograr su objetivo, que es la recuperación de su salida libre, útil y soberana, al Pacífico. Es otro tema el que haya pretendido poner paños fríos a la situación referida líneas arriba.

Y la reacción del jefe de la diplomacia chilena, Horacio Muñoz, no se dejó esperar. En consecuencia éste increpó a Gutiérrez pidiéndole “que no se entrometa en la relación de su país con Bolivia” (EL DIARIO, 22 de noviembre de 2014).

Una simple declaración, de índole aclaratoria, porque se limita a ello lo dicho por el canciller Gutiérrez, sacó de quicio a Muñoz. “No se entrometa”, le dijo, exasperado, a su similar peruano. La rabieta del Ministro de Relaciones Exteriores de Chile repercutió como otro precedente de intolerancia e intransigencia. “Genio y figura hasta la sepultura”, dice el adagio popular.

Bolivia, desde que interpuso su petición en La Haya, ha identificado a sus amigos y enemigos. Y Muñoz es bastante conocido por su actitud contraria a la demanda marítima boliviana. Es decir que se ha constituido en la cabeza del movimiento anti boliviano en Chile.

“Esta fecha convoco a nuestro país a asumir con la mayor unidad, convicción y serena sobriedad, una demanda artificiosa que carece de fundamento jurídico. Lamentablemente, el camino que ha escogido Bolivia es uno potencialmente largo, oneroso e improductivo”, dijo, en el pasado reciente, Heraldo Muñoz (EL DIARIO, 16 y 20 de abril de 2014).

Con argumentos de esta naturaleza Muñoz ha tratado de tergiversar y desvirtuar el propósito de Bolivia de lograr la restitución de su salida libre y soberana al Pacífico. Pero Muñoz tiende a posponer la solución al más que centenario encierro geográfico de nuestra Patria, pues la influencia que ejerce este Ministro sobre el gobierno que preside la señora Michelle Bachelet es muy perjudicial para allanar los caminos del entendimiento bilateral. No es casual que haya amonestado al canciller peruano Gutiérrez con motivo de sus últimas aseveraciones sobre el conflicto marítimo.

En suma: mientras haya políticos de la catadura de Muñoz será difícil encontrar puntos de coincidencia en relación con el diferendo boliviano- chileno.