Buenos propósitos para el 2015

Sin que yo se lo preguntase, mi colaboradora periodística, poniendo cara de arrepentida, me anunció que se proponía bailar menos que en el 2014, reconociendo que el baile desata la lujuria, como lo reconocen los entendidos en cuestiones espirituales.

Admiré su determinación, aunque en mi interior dudé de su cumplimiento porque conozco a mi comadre y sé que en la primera oportunidad olvidaría su propósito porque le escocerán los pies, obligándola a gritar “¡meta cumbia, compadrituy!”.

Sin embargo, sabiendo que durante estos días muchísimas personas formulan sus buenos propósitos para arrancarse vicios y malos hábitos, sugerí a mi colega que saliera por las calles y plazas consultando a las personas más importantes acerca de sus buenos propósitos para mejorar su conducta habitual, sugestión que ella aceptó de inmediato, saliendo de mi casa velozmente y retornando después de algunas horas, satisfecha por haber cumplido con una buena tarea periodística, aunque respetando el anonimato de los personajes consultados.

Dijo así mi comadre periodista: “Salí en mi motocicleta que también es la suya dirigiéndome a la plaza Murillo, lugar donde abundan las palomas y otros pájaros de mayor vuelo, declarando el personaje que acababa de retornar del Brasil y que su mejor propósito para el 2015 era el de superar el número de viajes del año pasado, pues sólo había podido efectuar 22 viajes al exterior, proponiéndose doblar esa cantidad para el bien de nuestro país”. No le pregunté a la cholita quién se había propuesto tan singular propósito porque no me gusta ser indiscreto.

La cholita periodista continuó informándome.

“También entrevisté a otro caballero, quien acerca de sus buenos propósitos para el año 2015 me dijo que leería diez libros por día, aunque no los entendiera, pues de esa manera nuestro país se beneficiaría bastante”. ¿Quién será ese ciudadano tan leído?, pregunté a la audaz reportera, pero ambos preferimos no averiguarlo, pues hay un dicho popular que reza: “Cada loco con su tema”.

La periodista Macacha había entrevistado a muchos personajes que pululan por la plaza Murillo, informándome que también había consultado acerca de sus propósitos a cumplir en 2015 con un señor un poco raro, pues había sido experto en blindar los automóviles que utiliza el Presidente Vitalicio y al mismo tiempo también realiza blindajes para países pobres que sufren por la baja del precio del petróleo y de algunos minerales. Ese personaje le había declarado a mi comadre que este año tiene el buen propósito de perfeccionar sus conocimientos en blindaje, pues en materia económica no hay cuentos que valgan y que buscará afanosamente una manera de blindar a sus jefes políticos para evitar que éstos tengan que sufrir los efectos de una crisis que ya está encima de nuestra realidad.

El trabajo de la periodista nacida en Quillacollo me pareció bueno y la felicité por ello, pero como la cholita es vivísima, me preguntó si yo había formulado algún propósito bueno para ser cumplido este nuevo año, respondiéndole que sólo me dedicaría a trabajar para poderle pagar los intereses altísimos por los préstamos que ella me concedió, respondiendo la cholita que todo lo sabe: “No le creo, compadre, aunque su intención es buena”.