Dramática caída de la producción de petróleo

Puede ser considerada como algo muy lamentable para los intereses del pueblo boliviano, la pésima administración de la riqueza petrolera del país, por parte de la actual administración capitalista del Estado boliviano y en particular de sus recursos hidrocarburíferos. Los resultados numéricos difundidos por sus principales autoridades son mucho más preocupantes a la luz de datos estadísticos que proporcionaron en días recientes.

En efecto, la producción de petróleo crudo bajó durante los últimos ocho años en la mitad, vale decir que el Estado administrador de esa materia prima no actuó de acuerdo con los intereses nacionales y que, así mismo, las medidas que puso en aplicación resultaron poco menos que inútiles en absoluto, permitiendo prever un futuro pesimista.

Los datos numéricos proporcionados por la empresa capitalista estatal YPFB, afirman que la producción de petróleo crudo se redujo en 48 por ciento en los últimos ocho años. Agrega la noticia que mientras en el año 2006 la producción estatal alcanzaba a los 10.205 barriles de crudo al día, al año 2014, la producción bajó a 5.276 barriles por día. En tiempos anteriores se llegó a producir hasta 50 mil barriles de petróleo al día.

Esa caída de la producción de petróleo fue resultado del agotamiento de los pozos petroleros, pero, al mismo tiempo, a que la empresa capitalista estatal no se preocupó por descubrir nuevos campos petroleros y se limitó a hacer grandes exportaciones de gas a países vecinos, sin que las ganancias obtenidas hubiesen servido para una política de exploración y descubrimiento de nuevos campos que puedan cubrir las necesidades del país para el momento de agotamiento de los recursos tradicionales. No se debe olvidar las grandes importaciones de gasolina y diésel que significaban un gasto anual para el país de mil millones de dólares al año.

Al parecer, mientras los precios del petróleo y gas eran elevados en el mercado internacional, no se prestó casi atención al futuro de la producción de petróleo en el país. Pero, cuando el precio de ese recurso natural se desplomó de más de cien dólares el barril a alrededor de cincuenta, recién se tomó cartas sobre el asunto, aunque está por demás decirlo, con tanta tardanza que ya serían inútiles todos los esfuerzos que se pueda proponer.

Al respecto, recién en últimos meses (cuando se empezó a ver la caída del precio del petróleo) se produjo alguna reacción de la empresa encargada de la explotación del recurso, reacción tardía y al parecer también ineficaz de los administradores de YPFB. En ese sentido, días atrás se anunció que se iba a empezar la perforación de un pozo exploratorio en la región de Lliquimuni, al norte de La Paz, proyecto que tuvo muchos inconvenientes por varios años, cuyo costo llegará a más de cincuenta millones de dólares, amén de otros anexos.

Por otro lado, en un estallido de optimismo oficial, se vaticina que en caso de tener éxito esta perforación (con un equipo recién adquirido sin que se sepa qué pasó con otro enviado por Venezuela), se espera una reserva superior a los 50 millones de barriles de petróleo y un trillón de pies cúbicos de gas, datos numéricos que son meras conjeturas e indicios y que de hacerse realidad necesitarán otros esfuerzos técnicos como ser oleoductos y gasoductos, una nueva refinería en Caranavi, nuevas perforaciones, etc. aparte de varios años de espera para que se hagan realidad…