Cristiano Ronaldo se apoderó ayer del escenario en Zúrich. El goleador portugués dominó la calle, la alfombra roja, el discurso. Su tercer Balón de Oro se cantaba en los mentideros de la FIFA desde hace semanas y él no se dejó sorprender cuando la presentadora se lo anunció al final de la última gala del organismo que gobierna el fútbol mundial.
“Se lo dedico a mi hijo, a mi familia, a mi madre...”, dijo, mordiéndose los labios. “Me gustaría agradecer a todos los que votaron por mí, a mi entrenador, a mis compañeros, al presidente de mi club. Ha sido un año inolvidable. Ganar un trofeo así es algo único”, manifestó.