Brad Pitt y la brutalidad de la guerra

Cinco años después de enfundarse el uniforme del teniente Aldo Raine en Malditos Bastardos, el actor Brad Pitt vuelve a la Segunda Guerra Mundial con Corazones de Hierro, una película que, sin embargo, no tiene nada que ver con la de Tarantino, sino que es una mirada descarnada al horror y la brutalidad de la guerra, lo que la convierten en una buena producción bélica.

El director David Ayer evita todos los clichés hollywoodienses asociados al género en esta producción cuyo realismo nos trae a la mente Salvar al soldado Ryan, aunque en el guión de Corazones de Acero.

Pitt interpreta al férreo líder de una brigada de cinco soldados norteamericanos que luchan en Alemania a bordo de un tanque llamado Fury. Aunque la historia está contada a través de la mirada de un recluta sin experiencia en combate interpretado por Logan Lerman. La película, que combina grandes escenas bélicas con otras más reflexivas, se centra en su progresiva pérdida de la inocencia y su relación con el personaje de Brad Pitt.

Resulta curioso comprobar como Brad Pitt se ha convertido en el actor más poderoso de la industria produciendo y protagonizando proyectos ajenos a lo que dicta el mercado y las modas. Al contrario que otros compañeros de generación, él no ha sucumbido a las franquicias de superhéroes ni las sagas de acción y ha adquirido un férreo compromiso con películas con un toque artístico, que aborden grandes temas, pero con capacidad para llegar al gran público.

Pese a tener un papel secundario, Pitt luchó hasta el final para que 12 años de esclavitud obtuviera todos los méritos que merecía. Con Guerra Mundial Z ocurrió algo parecido. El actor rompió moldes a la hora de promocionarla apareciendo por sorpresa en premieres europeas en las que no se había anunciado su presencia.

Su personaje en Corazones de Hierro, no es el típico héroe americano, está lleno de claroscuros y ha hecho cosas reprobables. El compromiso de Pitt con el filme le lllevó a entrevistarse con veteranos de guerra y pasarse un mes entrenando en el espacio reducido de un tanque.