Aplicación inversa de la influencia del docente

Estamos en pleno Siglo XXI y a pesar de los avances de la ciencia pedagógica y didáctica, se observa deficiencias de parte de algunos educadores, especialmente en el nivel primario y secundario de las unidades educativas, en relación con el proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes.

Sin embargo, en ocasiones se observa la influencia del docente, en cómo lleva adelante su práctica áulica en relación con los contenidos que están alejados de la realidad del estudiante. Es así que se puede apreciar la siguiente deficiencia: la actividad laboral del docente no siempre se organiza en función de objetivos claros y contenidos precisos, según las necesidades prioritarias de los estudiantes. Tampoco hay integración entre la formación académica de los docentes y la parte investigativa, que debe tener como principio y base a los estudiantes de cualquier nivel escolar.

Muchos de los docentes aún consideran al estudiante como un objeto de enseñanza, que es una conceptualización equivocada porque estimula las deficiencias señaladas y limita la personalidad de los escolares en su proceso de formación. Reciben de esta manera una enseñanza plana, vertical, uniforme, lo cual impide el desarrollo de la iniciativa y creatividad estudiantil.

Estas deficiencias restringen la formación de productores en los distintos niveles educacionales, así como limitan el desarrollo de las capacidades y el talento de los estudiantes, por lo que al docente sólo le interesa la transmisión o la información de los contenidos hacia los estudiantes, sin reflexionar si verdaderamente esto es aceptado por los educandos para su formación integral.

Por esta razón, es importante adaptar la escuela a las necesidades vitales de los estudiantes y no posibilitar el proceso inverso de la influencia del docente en la enseñanza y aprendizaje. Es importante adecuar la educación a la realidad actual en la que vivimos, no desde la selección y compensación para alcanzar una uniformidad, sino desde la atención y respeto a la diversidad de todos los estudiantes, sin excepción. Así se logrará una verdadera igualdad de oportunidades, que integre y acerque desde el conocimiento y la interacción a todos los estudiantes, en beneficio de su formación personal y productiva.