Mi columna de hoy se dedicará a destacar la extraordinaria personalidad y carrera de un profesional médico a quien tuve la oportunidad de conocer, aproximadamente 5 años atrás, como un paciente suyo en la especialidad de Hematología, dentro los servicios de Caja de Salud de la Banca Privada. Lamentablemente, a pocos días antes de fines del 2014, quedé sorprendido al ver un aviso necrológico que se refería a su reciente deceso.
No podía ser, una persona llena de vida de un poco más de 50 años, que siempre me atendió con especial deferencia, un hombre dedicado plenamente a su profesión, ya que trabajaba alrededor de 12 horas diarias, tiempo compartido en el Hospital del Niño y la Caja mencionada, en una clínica privada.
Pese a que no tenía mayor conocimiento sobre su vida, ya que los pocos minutos en los que nos veíamos para mi chequeo periódico, cada dos meses, sólo pude apreciar su calidad profesional y su amabilidad, indudablemente había sido algo imprevisto, de hecho lo fue, un accidente en su propio domicilio que le segó la vida.
Tras de una búsqueda intensa, para conocer su trayectoria, pude contactar a uno de sus parientes más cercanos, quien me proporcionó la información que me hizo posible escribir este recuento sobre la vida del Dr. Eduardo Aranda Torrelio.
El Dr. Aranda se formó en la carrera de Medicina de la UMSA, entre 1963 a 1969. Graduado de ella, hizo especialidad en Pediatría, en el Hospital Infantil de México (Univ. Nal. Autónoma-México) entre 1971-73, entre 1973-1975 hizo la residencia en ese mismo hospital, habiendo obtenido la aprobación en Hematología pediátrica. Posteriormente, entre 1996-98, hizo reciclaje en la Escuela Internacional de Onco-Hematología Pediátrica de Monza (Mispho - Monza, Italia).
Con estos antecedentes ya de retorno al país se desempeñó como Hematólogo-Pediatra en el Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”, se desempeñó como Director del “Hospital del Niño” y Hematólogo Consultante del Hospital “Juan XXIII”, todos centros médicos en La Paz.
Tuvo una destacada trayectoria académica en la UMSA en su calidad de: Jefe del Departamento de Enseñanza e Investigación del “Hospital del Niño”, Director de la División de Postgrado e Investigación de la Facultad de Medicina; Asesor de la “Sociedad Científica de Estudiantes de Medicina”; Jefe de la Cátedra de Pediatría - Facultad de Medicina, Miembro del Directorio de la Maestría de Salud Pública; Director médico del proyecto “células-madre-Bolivia” en La Paz.
Tuvo, asimismo, una destacada actuación en participaciones como conferencista, disertante, relator, etc., en reuniones internacionales en muchos países sudamericanos, USA y algunos europeos. A ello se debe añadir su extraordinaria producción científica con más de 30 títulos, publicados en Bolivia o presentados en sus intervenciones internacionales, uno de ellos: “Clasificación internacional de enfermedades en el Hospital del Niño”.
En resumen, fue un profesional que descolló en muchos ámbitos, pese a ello lo conocí como a una persona sencilla, auténticamente interesado en cuidar la salud de aquellos que nos poníamos en sus manos.
Adiós, amigo, en tu partida prematura, con seguridad, dejas una huella en los centenares de jóvenes que se formaron en la carrera de Medicina, en los profesionales que pudieron beneficiarse con tus conferencias y seminarios, y que seguramente contribuyen a salvar vidas o a llevar una vida plena en sus diferentes actividades.
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