Made in Perú

Para algunas actividades económicas, Bolivia sigue siendo una provincia peruana:

El oro que produce la “minería ilegal” de Perú es traído a Bolivia y con sólo pasar la frontera se legaliza, porque es controlado por las “cooperativas mineras”, que son todopoderosas y exentas del pago de impuestos. Así, entre enero y septiembre del año pasado desde Bolivia fueron reexportadas 35 toneladas de ese oro, por un valor de US$ 1.200 millones, aunque la operación no pagó ni impuestos ni aranceles por estar dentro del espacio de los privilegios de las cooperativas. Los mineros ilegales de Madre de Dios en territorio peruano son perseguidos en ese país y han optado, desde hace varias décadas, por acudir a El Alto para abastecerse de maquinaria, equipos y repuestos. En Perú no podrían hacerlo porque tendrían que dar muchas explicaciones.

Los productores peruanos de quinua no son ilegales, pero se las han arreglado para exportar su producción a terceros países con el rótulo de “producto boliviano”, porque la quinua real sólo se da en Bolivia, como es conocido por todos, aunque el gobierno boliviano no haya hecho nada para registrar en el mundo el certificado de origen de ese grano. Esta falla es la que reprochan ahora los productores bolivianos de quinua, afligidos por el hecho de que el incremento de la oferta de la “quinua boliviana” ha hecho que el precio caiga a la mitad.

En el caso del oro, la operación permite burlar el pago de impuestos. Desde el Perú esa producción no puede ser exportada porque proviene de empresas ilegales. Entra a Bolivia probablemente como parte de un gran lavado de narcodólares y se encuentra con el paraíso de los evasores. El volumen mencionado para enero-septiembre tendría que haber pagado aranceles por unos US$ 80 millones, pero al caer bajo la férula de las cooperativas no paga casi nada. En la intimidad de ese negocio quizá se reparten los beneficios y los ahorros, con lo cual pierden los dos países.

Pero en el caso de la quinua el perjuicio es muy grande, porque está en juego la calidad, única en el mundo, del grano boliviano. Los bloqueos de los productores de quinua exigen al gobierno tomar decisiones sobre el grano. Quizá el gobierno deba aprovechar la oportunidad para revisar todas las cosas oscuras que existen en el comercio boliviano-peruano, comenzando por el caso del oro y su vinculación con la droga. Las garrafas de GLP con que YPFB abastece a todo el sur peruano forman parte de una “normalidad” que, sin embargo, le cuesta mucho al país, porque el producto es subvencionado. Tolerar ese contrabando de salida es un precio muy alto que paga el país por los votos que quiere el partido de gobierno en la región fronteriza.

Pero el vicepresidente Álvaro García Linera advierte en el parlamento que el Gobierno ha decidido, además de castigar a los privatizadores de empresas públicas, ¡acelerar el proceso de estatización de empresas privadas!	El Gobierno exhorta a los empresarios privados a creer en el país e invertir sus dineros en actividades productivas para reemplazar de esa manera los menores ingresos de la exportación de gas natural.