El caso Cusi

La elección de los magistrados del Órgano Judicial por voto, fue ciertamente rechazada por el mismo pueblo, que votó mayoritariamente en blanco y nulo, pues en su sabiduría entendía que el problema de la justicia no se solucionaría con tal elección, más al contrario se agravó hasta niveles de cuasi colapso de este importante órgano, que tiene por finalidad precisamente hacer justicia.

Como dijimos en estas mismas páginas, en nota de agosto de 2011, con el título de “Es una locura elegir jueces”, el resultado de esa locura ha llevado a los mismos gobernantes que propiciaron tal elección, a reconocer implícitamente el fracaso de esa medida, que a todas luces era de carácter demagógica y que tenía la finalidad de tener a los magistrados elegidos absolutamente a su servicio, es decir al servicio del poder político partidista de turno, pues en la selección de candidatos para el Órgano Legislativo no se tomó en consideración los méritos profesionales y académicos para esas importantes funciones, sí la afinidad con el Gobierno.

Resulta que uno de los magistrados seleccionados y elegidos por los pocos votos del electorado a favor de los propuestos por el poder político, no obstante alguna declaración sobre la virtud de la hoja de coca para iluminar al mismo en sus fallos, el abogado indígena Gualberto Cusi, tomó distancia de los fallos del Tribunal Constitucional en asuntos de interés del gobierno del MAS, comenzando por observar la reelección del Presidente del Estado Plurinacional, porque lo consideraba inconstitucional, pues el argumento de los otros miembros de ese cuerpo judicial resultaba forzado. Además hizo conocer a la opinión pública, en declaraciones a los medios, que el poder político presionaba e influía sobre el Órgano Judicial.

Ante la conducta rebelde de Cusi, algunos asambleístas del oficialismo se apresuraron a demandar su renuncia, es decir que deje esa alta función judicial, seguramente a otra persona de mayor agrado del oficialismo. Cusi replicó que no renunciaría, sellando su suerte de esa manera, pues la política de copamiento y control de todos los órganos del Estado es y ha sido constante en los nueve años de gestión de gobierno.

El sometimiento del Órgano Judicial comenzó con el defenestramiento de dos altos miembros de la ex Corte Suprema de Justicia, entre ellos de la distinguida abogada Rosario Canedo, con el argumento de un fallo supuestamente ilegal, pero ese fallo llevaba la firma, además de la perteneciente a la ex magistrada Canedo, de otro juez, quien extrañamente no fue sometido al veredicto político partidista de la Cámara de Senadores.

Así, otros jueces de distinto nivel en el país fueron sometidos a persecución, incluso un juez del distrito judicial de Santa Cruz tuvo que exiliarse, como lo han hecho cerca de un millar de compatriotas.

En el año 2006, en un trabajo de propuesta política que aún se encuentra en Internet, el señor García Linera sostenía la necesidad de “judicializar la política”, es decir que la política debe imponerse sobre la justicia y utilizar a ésta como un instrumento de poder político. Precisamente eso es lo que ha logrado el actual régimen de gobierno, que ha puesto al Órgano Judicial a su servicio y para ello se debe depurar a cualquier juez que adopte algún criterio contrario a los intereses políticos del Gobierno.

El pretexto para echar a Cusi de las funciones a las que fue promovido precisamente por el Gobierno, se presentó cuando él y dos magistradas aceptaron una demanda de inconstitucionalidad contra la ley del Notariado, con el argumento de que habría afectado los intereses públicos, cuando sólo quedan sin efecto, mientras se resuelva, los artículos demandados. Además hasta que se resuelva la demanda, quedan en vigencia las normas de la anterior ley del Notario, por la ultra actividad de la ley.

El asunto Cusi fue coronado con las desacertadas declaraciones del Ministro de Salud, que dio a conocer una enfermedad que tendría el procesado, en instancias políticas del Senado, con el argumento de prevenir al público, como si tal enfermedad fuera como un virus que se transmite como con la gripe, postura que lastimosamente fue justificada con los mismos argumentos por el Presidente del Estado.

Lo cierto es que se logró lo que buscaba, echar a Cusi del Tribunal, para así tener a alguien más cómodo, no importan los medios, sino conseguir el fin.