A menos de una semana de la inauguración de la mayor fiesta de la miniatura en el occidente del país, la habilidad y el ingenio de los artesanos bolivianos se manifiesta a través de varios objetos que serán ofertados de manera masiva.
En tanto, decenas de productores ultiman detalles para celebrar la fiesta costumbrista de La Paz, alentando la esperanza y dejando volar los sueños y anhelos de un pueblo que le profesa fe al dios Ekeko.
El valor histórico y tradicional de la Alasita engrandece la destreza única de los artistas que presentan un sinfín de miniaturas que luego de ser bendecidas y ch’alladas pasan a formar parte de casi todos los hogares como trofeos en miniatura del deseo de prosperidad material que se quiere lograr.