Primera parte
Guillermo Choque Aspiazu
Guill y sus colegas, en el material docente escrito el año 2011 con el título “Fundamentos de sistemas de información”, mencionan que las continuas innovaciones en las tecnologías de la información y la comunicación desde Internet, la red inalámbrica, los teléfonos móviles 4G o el paradigma de la computación en la nube, el aumento de los servicios en las tecnologías de la información y la comunicación como el comercio electrónico, el comercio móvil o el gobierno electrónico, la nueva generación de los servicios de tecnologías de la información y la comunicación como los blogs o las comunidades virtuales, están transformando el mundo del negocio empresarial en nuevos modelos, procesos y necesidades empresariales. La globalización del comercio, la geo-localización de la producción, las economías de la información y las nuevas estrategias empresariales han potenciado las inversiones de las empresas para ser más competitivas en el mercado actual. Los ejecutivos empresariales entienden la importancia de destinar presupuesto a la adquisición, implantación o actualización de sistemas de información empresariales. Las empresas reclaman herramientas para gestionar y optimizar sus procesos de negocio. En un entorno dinámico donde los cambios se suceden rápidamente, se necesitan sistemas de información que integren en una visión global sus procesos de negocio, incluyendo otras empresas que colaboran y cooperan en la compleja cadena de suministro, y a los diferentes actores que participan en este escenario como los clientes, los socios, los empleados o los proveedores. Existe un amplio catálogo de soluciones que enriquecen los tradicionales sistemas de información empresarial, aportando nuevas funcionalidades con arquitecturas tecnológicas sólidas, las cuales soportan e integran la diversidad de aplicaciones que son diseñadas y comercializadas por los proveedores de sistemas de información empresarial.
El investigador Saroka, en el libro publicado el año 2002 titulado “Sistemas de información en la era digital” establece que la palabra “sistema” tiene un uso sumamente difundido y variado. Por ejemplo, se usa con frecuencia expresiones como “sistema de computación”, “sistema de información”, “sistema político”, “sistema económico”, “sistema ecológico” y muchas otras, más o menos similares. Por lo tanto, resulta conveniente precisar con claridad el concepto general de “sistema”, desvinculado de la finalidad de procesar o suministrar información y de cualquier otro propósito relacionado o no con ella. Vale decir que, antes de considerar los sistemas de información, será muy útil desarrollar una serie de ideas esenciales y concretas asociadas con el concepto general de “sistema”. Por otra parte la teoría general de sistemas se ha desarrollado en el siglo veinte. Hasta avanzado este siglo, la ciencia moderna había sido dominada por el enfoque analítico, es decir, por la reducción de problemas complejos a sus componentes aislables más pequeños. Este enfoque suministró las relaciones causales que los científicos buscaban. Sin embargo, cuando se trataba de fenómenos complejos, el todo resultaba ser más que la simple suma de las propiedades de las partes tomadas por separado. Se comprobó que el comportamiento de los sistemas complejos debe explicarse no sólo en función de sus componentes, sino también en función de todo el conjunto de relaciones existentes entre ellos. Esto constituyó un cambio de metodología. Ludwig von Bertalanffy formalizó y propició esta metodología en el decenio de 1920, mediante la formulación de su Teoría General de los Sistemas a comienzos del decenio de 1930, pero su trabajo principal sobre este tema fue publicado en 1950 e impulsó el desarrollo ulterior de esta teoría.
En la monografía publicada el año 1995 con el título “Ingeniería de sistemas”, Blanchard define un sistema como una combinación de recursos, inicialmente las personas consideradas como recursos humanos, los recursos materiales, equipos, software, instalaciones, datos, y otros, integrados de forma tal que cumplan una función específica en respuesta a una necesidad identificada por un usuario. No sólo incluye los recursos utilizados directamente en el cumplimiento de la misión, esto es, equipo principal, software operativo, usuarios finales, sino también los diferentes elementos del apoyo, como por ejemplo: Equipos de apoyo y prueba, repuestos y requerimientos relacionados de inventario, personal de mantenimiento e instalaciones y otros. Esta es una definición genérica que incluye todo tipo de sistemas. Desde sistemas en los que no existen “recursos software” hasta aquellos otros en los que los recursos software constituyen los elementos fundamentales para conseguir la funcionalidad pretendida. Se denomina recurso software a un programa o conjunto de programas ejecutables que proporcionan algunas de las funciones requeridas por el sistema.
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