No nos invitaron a la fiesta

La inquieta periodista que trabaja asociadamente conmigo fue anoticiada del número de invitados extranjeros que ya vienen llegando al país, que es de 1.200, quienes se aprestan a cumplimentar a nuestro presidente Evo Morales, quien se alista a asumir la primera magistratura por enésima vez.

Con la lista de los ilustres huéspedes en la mano buscó su nombre y el mío sin hallarlos, lo cual le produjo un hondo desconsuelo, brotándole algunas lágrimas de rabia, pues al fin y al cabo ella anduvo sentimentalmente más cerca de Evo que muchos de esos invitados que solamente conocen a Evo por sus varios periplos realizados por el mundo, donde muchos lo conocen como un presidente indígena rico y poderoso.

Al tratar de comprender su decepción al saber que no había sido invitada a ningún acto oficial del amplio programa de actuaciones, su orgullo de chola cochabambina se impuso y me dijo airada: “no escribiré una sola palabra acerca de la enésima transmisión de mando de un presidente que se va, pero al mismo tiempo se queda, o sea que se transmite el mando a sí mismo y se despoja de las insignias presidenciales como la medalla del Libertador y la banda presidencial para volver a ponérsela el mismo, mientras lo aplauden sus partidarios y esos mil doscientos invitados extranjeros que ya están llegando”.

Ustedes saben que cuando una cholita se enoja, se enfada de verdad, por eso no me sorprendió cuando me dijo furiosa “¡aunque usted me ordene que asista a esos actos oficiales no iré a ninguno porque no he sido invitada y yo –de esa parte- soy muy delicada!”.

No quise preguntar a mi reportera cholita “de qué parte es delicada” para no agravar la situación, porque mi comadritay nacida en Quillacollo no estaba para bromas y porque me pareció muy justa la determinación que había asumido al saber que están llegando a nuestro país mil doscientos invitados extranjeros y la Cancillería se había olvidado de Macacha viuda de Racacha y no había sido tomada en cuenta para cubrir informativamente los próximos eventos oficiales con motivo de la nueva posesión del Presidente Vitalicio.

Lamenté la decisión de mi reportera porque me privará de comentar los actos programados para las siguientes jornadas.

Sin embargo, la vivísima cholita me dijo “no se preocupe, jefecito, porque estos actos serán iguales a los realizados hace cinco años y hasta algunos discursos oficiales serán los mismos que se dijeron hace un quinquenio y que ya en ese entonces eran aburridos y mal leídos por algunas autoridades que permanecen aún en el Poder”, lo cual me tranquilizó, pues ya están a la vista los hermosos y alegres carnavales, adelantándoles que la cholita ya me anunció un nuevo préstamo en dólares para que podamos pasar tranquilos y felices un nuevo carnaval en la ciudad de Oruro.

En nuestro país nos sobran los días alegres y festivos para andar preocupándonos de otros que nos causan hondas preocupaciones.