Cristianismo, islamismo y civilización

La fe es la elemental y primitiva necesidad del hombre, desde su aparición en la tierra. El primer acto criminoso revestido de violencia fue el asesinato de Abel por Caín, su hermano, motivado por la envidia, deleznable pasión humana. La civilización de occidente fue forjada por el legado grecorromano, los pueblos germánicos y el cristianismo, que intercambiaron entre sí sus contradicciones dialécticas; odio y sangre corrieron como ríos en la historia antigua como moderna. Recordemos las cruzadas de los siglos XII y XIII, guerras religiosas (1095), musulmanes y fanáticos turcos Seldyùsidas, infieles. Los cruzados fueron por mar y tierra a Palestina matando a los infieles. Nace ahí un enfrentamiento que no cesa hasta hoy.

La religión sufrió una metamorfosis paralela al desarrollo epistemológico del conocimiento, desde los dogmas cristianos como la transubstanciación, hasta los síndromes oníricos del subconsciente Freudianos. Los astros sol, estrellas y luna fueron motivos de invocación teológica, y todo lo desconocido igualmente, el temor se asoció siempre a la fe. Hasta el Siglo IV de la ciencia griega, cuando los filósofos desde Tales de Mileto hasta Sócrates, Platón y Aristóteles, dieron interpretación científica a todo lo desconocido y los dioses desaparecieron y crecieron por la racionalidad los conocimientos y la ciencia.

En la edad media, la Iglesia condenó las herejías como el mayor crimen contra la sociedad civil y se creó el tribunal de la Inquisición para el castigo. Recordemos a Torquemada como el peor verdugo de esa época negra. El año 600 AD aparece en la India Buda y en China surge Confucio. En 1571 DC nace Mahoma, único profeta de la religión musulmana para su único Dios, Alá. Su evangelio se reduce al Corán, que contiene leyes parecidas a los evangelios del Nuevo Testamento.

Veinte siglos de cristianismo les parece demasiado a los islámicos y ellos piden otros XX siglos de Islamismo. La islamización de occidente no parece fácil y pareciera un retorno a las cruzadas e inquisición, ya no por iguales objetivos, atentando contra el equilibrio entre libertad y responsabilidad, quedando excluidas de ese equilibrio denostar y mofa y violando la libertad de expresión.

Y aparece el terrorismo a ultranza, matar por matar, usando tecnología ultramoderna, segando vidas inocentes y la potencia desconocida de la maldad, vileza y odio, llevado a la quinta esencia. Desde Yemen nacen cada día, Torquemadas, émulos de Osama Bin Laden y Al Qaedas, la infamia no cesa, como lo ocurrido el 7 de enero de 2015 en París con las víctimas asesinadas a sangre fría, periodistas y directivos de la revista laica, humorística y atea, “Charlie Hebdo”. Pero, a pesar de todo, cientos de horas después, la revista vuelve a editarse esta vez con un trillón de ejemplares, y la caricatura de Mahoma en primera plana con una gota de lágrima en su rostro y la leyenda: “Todo está perdonado”, recuperándose la libertad de expresión.