(Erbol).- En el municipio de Charaña del departamento de La Paz no llueve desde 2014 y los pobladores del lugar temen enfrentar esta gestión otra sequía similar a la del pasado año, cuando al menos 10 mil cabezas de ganado camélido murieron por falta de alimento.
La exautoridad originaria del Ayllu Copacati, Anastasia Miranda, llegó el lunes a la Sede de Gobierno y contó que el panorama no mejoró en esa zona, pese a la ayuda de la Gobernación paceña y nacional.
Dijo que llovió después de mucho tiempo el 5 de enero en su población y nada más. Pidió a las autoridades prevenir y entregarles alimento y agua para sus animales, además de medicamentos.
“Posiblemente siga habiendo sequía este año porque no está lloviendo y antes de que suceda esas cosas quisiéramos que nos ayuden para prevenir porque nosotros hemos sufrido el año pasado. Hemos conseguido ayuda en noviembre cuando muchos de nuestros ganados murieron. Quisiéramos que este año nos sigan ayudando con medicamentos y que estén al tanto de Charaña porque nada produce ahí solo vivimos de la producción camélida”, declaró Miranda a Erbol.
“El medicamento ya tendría que salir en abril, julio y diciembre. Tenía que salir una tongada más de forraje pero no salió, no sabemos por qué”, exclamó.
Charaña es una zona fronteriza con Chile. Los pobladores viven sumidos en la pobreza y en medio de necesidades como la falta de agua potable, energía eléctrica y carreteras. Pero sobre todo, señaló Miranda, no hay ningún tipo de empleo en los ayllus, que obliga a los jóvenes dejar su pueblo y migrar a Chile. En Charaña la tierra no es fértil y no produce nada, por los que los comunarios son productores camélidos, de tal forma que fueron afectados seriamente con la muerte de llamas y ovejas en 2014.
La exdirigente señaló que es importante la instalación de un matadero y una fábrica para tratar la lana de los camélidos y no comercializar todo a los vecinos países, lo que generaría trabajo.
“Queremos trabajo para que no haya migración al lado de Chile. Los jóvenes se van más que todo a ese lado porque no hay trabajo en Charaña, como hubo sequía para nosotros ha sido triste; lo que necesitamos son acopiadores de fibra, mataderos de llama, nos falta acopios de agua, electrificación. Nosotros vivimos con mechero hasta el momento”, remarcó.
Dijo que perdió cerca de 20 llamas de las 70 que tiene, a ello se suman las crías que tuvo que matar con su propia mano para salvar a la madre porque ante la falta de comida y agua, no quedó otra alternativa.
“Yo tenía por ejemplo 70 (llamas) y han muerto como 20, pero más las crías que he cortado (mató degollando) tenían que ser unos 40. Todo he cortado para salvar a la madre, o sea quitar la vida cuando ya nacen para salvar a la madre; iba a morir madre e hijo, por eso hemos quitado las crías”, lamentó.
La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) reportó la pasada gestión el deceso de un gran número de llamas, alpacas y ovejas porque la sequía en Charaña los dejó sin alimento, ni agua. La Gobernación ayudó con forraje y el gobierno con medicamentos y otros, pero la cooperación se hace insuficiente para los pobladores porque no llueve en esa región.
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