Una fiesta de antaño

Surgimiento de fiesta costumbrista



Esta costumbre nació en la sede de gobierno con el exgobernador Sebastián Segurola en 1781.

Esta fiesta costumbrista nació en la ciudad de La Paz en 1781, con el exgobernador Sebastián Segurola, quien instituyó este festejo, con el objetivo de juntar costumbre indígena y el poder hacer mercados en miniatura, recreando las tradiciones originarias, expresó el Secretario de Cultura de la alcaldía, Javier Escalier.

“Esta fiesta dura dos semanas y media con objetos en miniaturas, juegos de azar, comidas y mucha tradición. Se efectúa el 24 de enero, en la iniciación del solsticio de verano”, manifestó.

Indicó que en la antigüedad se simulaba la compra de terrenos, donde los nuevos propietarios edificaban sus casas con piedritas, se celebraban matrimonios, “se adquirían diferentes artículos y esta práctica era motivo de la Challa con cerveza y licores, celebrando el acontecimiento y pidiendo la protección de la Pachamama (la madre tierra)”, acotó el representante.

La Alasita, que significa cómprame en el idioma aymara ya no es exclusiva de La Paz, ya que otros departamentos de Bolivia la adoptaron en menor magnitud. Para celebrar esta costumbre, en la urbe paceña, se corta el paso de toda la calle Camacho hasta la avenida del Ejército, la calle Roosevelt y toma por algunos días la plaza Alfredo Domínguez y el atrio del Teatro al Aire Libre, “pero igualmente los barrios de las zonas se convierten en un buen comercio para vender billetes y artículos en miniatura”, señaló el Secretario de Cultura de la Alcaldía, Javier Escalier.

La Alasita es una feria artesanal y su principal característica es la venta de miniaturas, con el propósito de que esta se convierta en realidad. Se celebra cada 24 de enero y el personaje principal es el Ekeko, el Dios de la Abundancia.

EL EKEKO

“Es el actor principal de esta fiesta es el Ekeko, llamado además diosecillo de la fortuna, bonanza y fertilidad. Su perfil fue esculpido en piedra, plata, oro, cobre, cerámica y otros materiales”, señaló Javier Escalante.

Esta fiesta se celebraba durante el solsticio de verano, en la colonia, se conservó esta festividad en las masas populares, la historia cuenta que a los indígenas de los alrededores de La Paz, se les pedía que traigan objetos pequeños que se cambiaban por piedras, botones y subsiguientemente por dinero. El Ekeko es una deidad usual en diferentes poblaciones del principio aymara, ya que se lo representaba según algunos autores como un personaje narigón, de baja estatura y con joroba. Se ha encontrado este ídolo en excavaciones arqueológicas, remarco el Secretario de Cultura de la Alcaldía.

Los paceños celebramos y esperamos cada año esta festividad, ya que los creyentes tienen la fe de poder cumplir sus anhelos con la compra de un terreno en miniatura, un autito o un título. Igualmente La Paz recibe visitantes de otras ciudades de Bolivia y del exterior para poder conocer la cultura y de nuestros ancestros puestos que la seguimos conservando.

 
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