Una comisión anticrisis

Reconociendo plenamente la crisis económica actual por la que atraviesa la economía, debido a la caída de los precios del petróleo, el Presidente del Estado ha sostenido que es preciso hacer frente a la nueva situación, probando la capacidad del país para enfrentar los problemas que se presenten. Sostuvo la urgencia de crear una comisión anticrisis o, mejor, la posibilidad de recibir sugerencias de economistas, empresarios, diplomáticos que sirven en el exterior del país y otras instituciones para ver los caminos a seguir.

Hay confianza en el Gobierno debido a las reservas internacionales; pero se reconoce la urgencia de dar prioridad a la producción de las empresas del Estado, mejorar las condiciones de infraestructura y trabajo a modo de cambiar fundamentalmente su producción y hacerla más rentable. Considera necesario que el sector privado de la economía nacional -profesionales, empresarios, instituciones, etc. - actúe de consuno con el Gobierno para hacer frente a las dificultades que sobrevengan.

Consideró el Presidente que la subvención a los hidrocarburos continuará en el país; pero sostuvo a la vez que los “programas para reducir las subvenciones continuarán. Estos programas deben continuar para seguir reduciendo el tema de la subvención de combustibles, también va a ser importante algún incentivo para la exploración y explotación petrolera, eso está en debate todavía”, sostuvo.

Efectivamente, una comisión puede examinar y estudiar a fondo la situación que genere la baja en los precios del petróleo, producto del que proviene el gas que exportamos al Brasil y a la Argentina. Se verá seguramente el caso de la disminución de precios de minerales y materias primas que exportamos y qué medidas habría que adoptar para encarar los problemas que genere la nueva situación, porque estar atenidos a las reservas internacionales, que ya sufrieron bajas por las entregas a las empresas estatales para mejorar su producción, no es conveniente. Esas reservas, en todo caso, se las debe respetar lo más posible, porque ello implica una garantía para la solidez de nuestra economía y una reserva para encarar problemas que pueden agravarse en el futuro.

Hay pasos que es preciso dar: reglamento de la ley de inversiones; dar incentivos a la actividad productiva privada; combatir al contrabando y a la corrupción; mejorar la eficiencia de los funcionarios del Estado; imponer reglas claras de comportamiento para observar austeridad en los gastos, especialmente para evitar todo lo festinatorio, faraónico e inútil en que muchas veces se empeña el Gobierno. Es preciso, por otro lado, evitar los déficits presupuestarios que son parte de la deuda interna y que, más temprano que tarde, habrá que pagar. Por supuesto, el Gobierno mismo tendrá que ser muy responsable en el manejo económico y su ejemplo, con seguridad, podría ser imitado por todo el país. Hay pasos que el Gobierno conoce muy bien y debe saber, por las experiencias acumuladas, y cómo darlos para ayudar a un clima de acciones efectivas.