Órgano Ejecutivo jura y se posesiona

Bajo el conjuro de ritos ancestrales y en presencia de las ruinas de Tiwanaku, Evo Morales inauguró su tercera reelección hasta el 2020, aludió al renacimiento de las culturas prehispánicas, a su compromiso con las comunidades originarias y al movimiento de solidaridad de la raza indígena a nivel internacional. Su vestimenta recogida de la remota civilización tiwanacota, según quienes asesoraron su confección, mereció la crítica de arqueólogos expertos por haber sido el resultado de un análisis de sólo dos semanas, siendo que de Tiwanaku nos separan 3.000 años, en opinión de éstos. Evo Morales fue consagrado como líder de los originarios y campesinos de las distintas regiones del país, sin dejar de lado la apelación religiosa de “guía espiritual andino”.

El Presidente y Vicepresidente juraron a sus cargos por tercera vez en el hemiciclo de Diputados, como es tradicional, pero en la ocasión el mismo estaba orlado por la tricolor y whipalas de enormes magnitudes, además otros símbolos que en conjunto hacían algo recargado al recinto, frente a la sobriedad propia de actos solemnes.

El mensaje presidencial de una hora y media aproximadamente, resultó corto en relación con las dos posesiones anteriores. El Presidente se refirió a los actos del lustro precedente en función de Gobierno. Entre otras afirmaciones resaltó la reducción de la pobreza, la disminución de cocales a 22.000 hectáreas sin la ayuda de organismos como la DEA estadounidense, por tanto, dijo, solos tuvimos un mejor desempeño. Subrayó que en el país “ya no mandan los gringos, sino mandan los indios”.

En otro momento aseguró que existe paz social y “gobernabilidad” desde que asumió el mando, a diferencia de anteriores épocas. En cambio, la realidad es que casi a diario se contempla marchas y bloqueos, tanto en las ciudades como en los caminos, muestra de insatisfacción por distintos motivos. Tampoco contribuyen a la tranquilidad los continuos asaltos a minas en el Occidente, ni las tomas de tierras en producción en el Oriente, por consiguiente, este cuadro no es el adecuado para la paz ni la productividad.

El discurso derivó en promesas ya conocidas en la campaña electoral oficialista, como la construcción de hospitales de segundo y tercer nivel en las capitales y poblaciones intermedias. Añadió que los centros principales se beneficiarán paralelamente con aeropuertos internacionales.

En cuanto se refiere al Gabinete presidencial, 8 ministros fueron ratificados. Al parecer son insustituibles los que ocupan carteras como las de Relaciones Exteriores, Economía y Finanzas, de la Presidencia, Educación. Causó sorpresa la ratificación de la ministra de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo, pese a las solicitudes de cambio por sectores campesinos de unos seis departamentos. Entre los 13 ministros nuevos se aprecia varios provenientes de viceministerios, direcciones y organismos financieros públicos, tratándose simplemente de ascensos burocráticos.

Las carteras de Justicia y Salud han sido confiadas a una abogada egresada el 2014 y a una galena recibida en Cuba, de quien se dice no haber ejercido sino en un viceministerio del área. Sobre estas flamantes dignatarias recaen las enormes responsabilidades de enderezar al aparato judicial, por una parte, y por otra, lidiar con la protesta médica y llevar a cabo los importantes nosocomios anunciados. En el equipo se registra por lo menos a 5 ciudadanos de Cochabamba (mayoría), 2 de La Paz, 1 de Santa Cruz y otro de Yapacani. El Alto, Chuquisaca y Potosí tienen a uno respectivamente. De los demás no se conoce su lugar de nacimiento, pero se supone que pertenecen al interior.