Ministros como escobitas nuevas

El entusiasmo periodístico de mi colaboradora casi llegó al delirio al conocerse la nueva composición del gabinete ministerial del presidente Evo, pues de golpe y porrazo se encontró con más de una decena de personajes nuevos que producirían informaciones nuevas para la cholita reportera.

Por propia iniciativa recorrió varias dependencias que estrenaban ministros, para después presentarse en mi domicilio para informarme disciplinadamente: “¡Todos los ministros recién nombrados comenzaron a trabajar cual si fueran escobitas nuevas!!!”.

Luego sacó su libreta de anotaciones que se hallaba entre los pliegues de sus enaguas y empezó a describirme el estreno de los flamantes elegidos por la fortuna política que los colocó en una posición tan envidiable.

Mi comadritay nacida en Quillacollo me relató con profunda emoción que el novel funcionario al encontrarse por vez primera con el Habilitado del Ministerio que deseaba comunicarle la cuantía de su “ítem” y de los bonos que le favorecían, rechazó al subalterno y le dijo: “No necesito saber cuánto ganaré mensualmente para servir a mi Patria y, naturalmente, a Evo Morales, pues me considero un soldado más en nuestra batalla patriótica”. Estas palabras conmovieron a todos los empleados y también a Macacha que aplaudió calladamente a ese raro espécimen de funcionario público.

Ese patriotismo verbal también me conmovió, aunque en mi interior puse en duda su sinceridad, porque el diablo sabe más por viejo que por diablo.

Otro de los ministros que emocionó a la cholita reportera fue uno que cuando el Encargado de la Sección Transportes hizo entrega de un modernísimo vehículo (posiblemente blindado por Arce Catacora) al suertudo nuevo Ministro, quien al recibir las llaves del flamante bólido dijo en voz muy clara y fuerte: “Ruego al Jefe de Transportes que este hermoso automóvil sólo puede ser utilizado para trasladarme de mi casa a la oficina y viceversa y también a las sesiones de gabinete”. Palabras que emocionaron a los subalternos.

También me relató la cochalita que otro de los nuevos ministros rechazó ser besado por una guapa secretaria que se acercó a felicitarlo, diciendo a la concurrencia que a partir de la fecha las empleadas del Ministerio quedan prohibidas de practicar caricias femeninas al Ministro y viceversa, palabras que admiraron a todos los oyentes, quienes empezaron a decir en voz baja: “Parece que el nuevo Ministro es diferente a su antecesor que era un poco “ojo alegre y coquetón…”.

Después de las actuaciones mencionadas por Macacha, la cholita me dijo con su habitual picardía: “Ojalá que las escobitas nuevas sirvan para largo tiempo”. Yo que por viejo conozco algo del alma humana sonreí sin que Macacha lo advirtiese.