Prosiguiendo con iniciativas para la nueva gestión gubernamental que se ha iniciado este 22 de enero, un tema de importancia es el del Medio Ambiente y la agricultura.
Los grandes problemas que se confronta son: i) Desertización de amplios sectores geográficos en el altiplano, valles interandino y Chaco, debido a erosión y salinización de los suelos. ii) Deforestación de la parte amazónica y norte del país y quemas de pastizales, los que añaden grandes cantidades de gases de efecto invernadero que alteran el clima. Generando un circulación vicioso de migración humana hacia nuevas zonas, lo cual amplia la deforestación. Agotamiento de minerales del suelo. iii) Según FAN “la temperatura ha aumentado 0,5º C en los últimos 50 años y se observa un incremento de temperatura de 0,1º C por década (1960-2009) e incrementos más elevados en la región andina y durante la época seca” (Fuente: Biodiversity the richness of Bolivia. FAN, Santa Cruz de la Sierra, 2004).
La proyección de escenarios de cambio climático para Bolivia hasta el 2100, muestras cifras preocupantes: i) Temperatura: aumento en todo el país 1-2º C en 2030, 5-6º C en 2100, con aumentos más extremos en Altiplano y Amazonia. ii) En precipitación: intensificación del ciclo de precipitación. Más precipitación en época de lluvia (incremento de hasta más 53% en tierras bajas, el 2100), menos precipitación en época seca (incremento máximo de hasta -36% en tierras bajas, 2100). Decremento anual neto de precipitación en altiplano y extremo norte (Amazonía). iii) El análisis de proyección de impactos ambientales del CC en la producción agropecuaria, recursos hídricos y ecosistemas son predominantemente negativos.
Por el resumen anterior las sugerencias de acción política para la nueva gestión se resumen en:
Un programa coordinado de acción, el cual puede ser liderado por el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas que integre a otros ministerios como el de Desarrollo Rural y Tierras, gobernaciones y municipios principales con objeto de definir las actividades a ejecutar, por cada uno de los niveles respectivos que encaren las acciones requeridas. Un objetivo claro en todo esto debe ser la unidad de acción, que sea independiente de diferencias políticas, lo cual ha sido una característica perjudicial en el pasado inmediato.
Este mecanismo de coordinación no debería tener capacidad operativa, debe constituirse tan sólo como un mecanismo que sistematice los subprogramas de los niveles meso y municipales y un sistema de seguimiento y evaluación, para sugerir las medidas correctivas oportunamente.
Tres componentes esenciales: i) Aprobación de una Ley que declare una veda total, para la deforestación en el área amazónica del país, por un periodo mínimo de diez años extensible a veinte. ii) Veda en distribución de tierras, por lo menos en los próximos cinco años, para evitar la inevitable habilitación de las mismas para cumplir la “función económica social”. iii) Programa de manejo de cuencas. iv) Acelerar los estudios y ejecución de los principales proyectos de propósito múltiple. v) Iniciar estudios sobre los acuíferos subterráneos y su correspondiente aprovechamiento en los departamentos de Chuquisaca y Santa Cruz. vi) Estudios para acelerar la ejecución de un número mayor de presas en los departamentos del altiplano y los valles interandinos.
Mayor detalle ver en: Fundación Milenio- Fundación Konrad Adenauer Stiftung, “El estado del Medio Ambiente en Bolivia”, octubre 2014, con trabajos del que escribe esta columna y otros profesionales.
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