Coca vs CAO

Es inevitable. Tiene que darse el choque entre los dos modelos que buscan imponerse en el país, con sus nombres completos: Bolivia cocalera o Bolivia agropecuaria. Y ahora se está dando una nueva escaramuza de este viejo duelo.

En 2008 estuvieron muy cerca de irse a las manos, cuando un ejército cocalero conducido por Fidel Surco marchaba hacia Santa Cruz decidido a hacer tronar el escarmiento, acabar con el modelo cruceño y, de paso, con la “media luna”.

Aquel ejército se replegó en vista de que los comandantes habían planificado otra batalla, más pequeña, en Pando, dejando la toma de la Troya de la “media luna” para después. Se dice que Genjis Khan, después de haber ocupado Bagdad y todo el territorio musulmán, se convirtió al islamismo: un famoso conquistador que terminó conquistado.

Algo de eso se dio con el presidente Evo Morales: después de haber sometido a las entidades que conforman el modelo cruceño, terminó, este año, admitiendo que el futuro de Bolivia debe ser la agropecuaria, el modelo cruceño, y convocó a una “cumbre” para ello.

Pero sus bases cocaleras del Chapare le están recordando su origen y le piden lealtad con su viejo ejército de conquista. Quieren participar en la cumbre que tiene nombre: “Sembrando Bolivia”, aunque no tiene fecha.

¿Qué vamos a sembrar en Bolivia? Los cocaleros tienen la idea clara y no se distraen con las tímidas objeciones de algunos empresarios: ¿es la coca un alimento, y de primera necesidad?

El pedido de los cocaleros pone al presidente Morales en un dilema difícil. Los empresarios cruceños le han puesto las cosas claras: si quieres una potencia agropecuaria tienes que comenzar garantizando el derecho a la tierra, para lo que tendrás que expulsar a los asaltantes que van del brazo de la primera suegra del país. Los cocaleros tienen su propia exigencia: tienes que legalizar los cultivos del Chapare porque ya está de buen tamaño eso de votar y esperar, votar y esperar. Se cansaron. Y vienen a aguarle la fiesta al presidente.

Este enfrentamiento llega cuando Morales estaba comenzando a pensar como estadista (9 años en el cargo tenían que enseñarle algo), a imaginarse una Bolivia que no dependa de las materias primas, sino de su capacidad de producción de alimentos, alimentos: no sustitutos de alimentos. Ahora tendrá que decidir.

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