En el transcurso de años pasados, el sistema agrario del Departamento Santa Cruz fue objeto de atentados contra su régimen de propiedad de la tierra, por parte de asaltantes de tierras que buscan parcelar grandes fundos para entregarlos a pequeños agricultores y así sustituir la gran producción por la pequeña.
Los loteadores eran afectos a cerca de 200 haciendas debidamente legalizadas en su derecho de propiedad, en producción y esperando hacer importantes inversiones en cultivos de granos y ganadería. Tan grave atentado contra la propiedad agrícola originó preocupación en esferas oficiales y el Estado aprobó una ley destinada a frenar esa alarmante acción antieconómica.
La disposición legal fue de agrado de los dueños de tierras en Santa Cruz, Beni y otras regiones del país (también víctimas de los atropellos de los enemigos de lo ajeno). Sin embargo, la medida no fue puesta en aplicación por el Gobierno o empezó a hacerlo con timidez y retardo, hasta que finalmente quedó como letra muerta y, en esa forma, pocas estancias se vieron libres de los atracadores, pero la mayoría quedó en poder de éstos.
De esa manera, la parcelación de haciendas de gran producción continuó y sus propietarios, pese a realizar las gestiones legales, se quedaron con los crespos hechos y sus tierras siguen ocupadas y divididas por los parcelarios, los que apenas son tenedores y usufructuarios para micro cultivos que no les abastecen y, a la par, evitan que la tierra sea cultivada “en grande”, vale decir que no comen ni dejan comer.
En cierto momento algunas autoridades afirmaron que de unas 150 propiedades rurales “invadidas” el año pasado, alrededor de 50 habían sido “desocupadas y algunos “loteadores” apresados, pero otros casos no han sido resueltos. Inclusive una organización de pequeños productores (Cadepia) denunció que una acción legal de desalojo de predios iniciada hace dos años no prospera, siendo esa una prueba de la retardación y aun incumplimiento de las leyes. Cadepia también denunció que otros casos de usurpación de tierras privadas no tienen resultados desde hace cinco años.
En medios políticos del país se recuerda que hay proyectos oficiales dirigidos a parcelar los predios medianos y grandes, para dotar lotes o minifundios a “campesinos sin tierra” y para establecer “el socialismo” o cultivos de coca. Ese proyecto sería, a lo más, algo que se conoce como “reparto negro” de la tierra, que algunos oportunistas desfasados dicen que sería ¡un paso socialista!
Sin embargo, ese “reparto negro” de tierras nada tiene de socialismo ni comunitarismo y es, sí, base de la producción capitalista, objetivo contra el que también se estrellan las consignas de algunas autoridades, vale decir que atacan lo que permiten que se haga con su propia iniciativa y cuya meta final es evitar la seguridad alimentaria en el país, acerca de la cual se hace caudalosa propaganda.
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