Por: Jorge Zavaleta Alegre
“El universo es el más sublime de los poemas”. Edgar Alan Poe
En 1975, más de un centenar de profesionales interesados en difundir ciencia, tecnología, salud y medio ambiente formaron en Madrid la primera Asociación Española de Periodismo Cien-tífico.
La iniciativa fue alentada por el periodista Manuel Calvo Hernando, quien en los años ochenta recorrió el Perú y otros países de América Latina tratando de extender raíces de esa Asociación sin mayor éxito, porque en estas comarcas persiste la idea monocal que entre la ciencia y el arte hay abismos infranqueables.
La mencionada Asociación Española hoy es parte de la European Union of Science Journalists´ Associaciations (EUSJA), de la Asociación Iberoamericana de Periodis-mo Científico (AIPC) y de la World Federation Science Journalist (WF-SJ), entre otras instituciones afines, y mantiene gran receptividad y sostén en las políticas públicas de la educación.
En el Perú, el CONCY-TEC ahora en el 2015 declara públicamente que necesita de la prensa para conseguir los grandes objetivos de la institución, que es el momento de alentar la institucionalidad de este periodismo, junto con las principales Universidades, para que la comunicación cumpla su función social en bien del mayor conocimiento de la ciencia y la investigación.
Uno de los aspectos centrales del periodismo especializado es la formación de comunicadores para hacer de la ciencia en un mensaje preciso, legible, bello, para todas las personas, sin distinción de edad, sexo, cultura o región geográfica de origen.
El Periodismo Científico no siempre ha encontrado terreno fértil. En el Perú la ini-ciativa Ibérica no se ha multiplicado por-que en los programas de la educación se sigue insistiendo en la absurda separación entre el conocimiento de ciencias como un universo separado del mundo de la poesía y de las humanidades.
Poe, en su humanizada, al servicio de la creación y el disfrute del lenguaje poético o de cualquier otro campo artístico. “Creo que hay que hacer todo lo posible para que la impa-rable revolución cibernética pueda estar al servicio de las artes”, escribe Car-los Ger-mán Belli (Lima, 1927), en ‘Vivir en el poema’.
Poesía y ciencia son dos herramientas más para explicarnos el mundo. Métodos distintos contra la incertidumbre. La cien-cia busca respuestas firmes mientras que la poesía se mueve en el terreno del inte-rrogante, en la frontera del enigma como sentido. No es posible construir el mundo manteniendo el conocimiento en departa-mentos estancos, sino en una creativa interrelación dependiente. El Periodismo Científico es una necesidad académica y comunicacional.
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