Diálogo Evo – Bachelet

Como todos sabemos, el presidente Evo y la presidenta de Chile Michelle Bachelet sostuvieron una entrevista privada en San José de Costa Rica en ocasión de la reunión de Presidentes del Sistema Económico de América Latina y el Caribe que culminó la semana paceña.

Demás está decir que el encuentro Evo – Bachelet fue privado y sólo pudimos conocer que la conversación fue amigable y giró en torno a volver a dialogar acerca de mejorar la amistad entre ambas naciones, de la misma manera como lo hicieron los gobernantes mencionados.

Sin embargo, mi reportera cholita, quien siempre trabaja al borde de lo inverosímil, casi me causó un soponcio al anunciarme que ella poseía una versión especial de la conversación presidencial, a lo que repuse enfáticamente que eso era imposible y que yo no comprometería jamás mis sesenta años de periodista publicando la versión diferente de lo que ambos gobiernos (Chile y Bolivia) ya dieron a conocer.

La cholita reportera, que es sentimental como la mayor parte de las cochabambinas, me dijo llorando de rabia: “entonces prenderé fuego a la versión exclusiva que conseguí antes que venderla a otro medio periodístico”.

Su determinación final me preocupó y acercándome cariñosamente le dije con suavidad que me contase confidencialmente cómo pudo obtener esa versión libre del diálogo Bachelet – Evo Morales.

Entre hipos, lloriqueos y suspensos me relató que esa versión del famoso diálogo le fue proporcionada por uno de los yatiris brujos andinos que acompañó al presidente Evo y al canciller Choquehuanca a la reunión celebrada en Costa Rica y que el brujo pudo obtenerla gracias a sus poderes metafísicos.

Después de mucho forcejeo verbal, mi reportera me entregó el documento del yatiri misterioso y no pude menos que sonreír ante las revelaciones que hace, transcribiéndolas porque no entrañan ninguna gravedad.

Iban escritas en un papelucho que Macacha extrajo de los pliegues de sus polleras y enaguas, diciendo textualmente el misterioso brujo: “Luego de saludar a Michelle con cordialidad, le preguntó cuánto tiempo llevaba gobernando Chile; nuestro Evo no pudo menos que sonreír y decirle jactanciosamente a la doctora chilena: “en cambio yo llevo gobernando Bolivia unos diez años y no sería raro que llegase a veinte...”; ante esa declaración Bachelet se estremeció y dijo que la Constitución de Chile es muy diferente; como Evo no la aflojaba de “doctora”, ella le pidió que la llamara Michelle, pero Evo la siguió “doctoreando”, no sin antes advertirle que él también es “Doctor Honoris Causa” de varias universidades”.

Al entender que esta versión no ofendía a los dialogantes, agradecí a mi reportera, al yatiri misterioso, y di por finalizado ese capítulo anecdótico que podría servir a bolivianos y chilenos.