La crisis económica que se perfila en el horizonte, al igual que un fantasma tenebroso, ha sido finalmente percibida por el Gobierno, que ha reflexionado y visto que es necesario proceder a las previsiones del caso y atender al enfermo antes que tenga que ser sometido a terapia intensiva.
En los primeros días de la crisis originada en la caída de los precios del petróleo y otras materias primas, responsables del Gobierno afirmaron que el derrumbe de las cotizaciones no tendría el menor efecto sobre la situación económica del país. Pero, a poco andar, se vio que captaron la realidad que no se quería ver, y dijeron que los efectos serían menores ya que el país está “blindado” contra los más grandes peligros externos e internos, aunque sin especificar en qué consiste ese “blindaje”.
Enseguida, las autoridades, al leer la realidad de la que estaban ausentes, anunciaron que la crisis tendría efectos en la vida nacional y, por tanto, era necesario adoptar las medidas que eviten mayores dificultades.
En ese sentido, reconociendo que el precio de las materias primas continúa en descenso, el Ministerio de Hacienda anunció que el Gobierno adoptará tres medidas de urgencia, en especial la relacionada con la caída de la cotización internacional del petróleo que se derrumbó de más de cien dólares el barril a menos de cincuenta, con tendencia a caer mucho más.
En efecto, las máximas autoridades del país anunciaron la aplicación de una receta de tres puntos, consistente en lo siguiente: 1) más inversiones en cajas, bancos y reservas internacionales netas (RIN); 2) diversificar el aparato productivo y 3) mayor industrialización estatal.
A esa oferta oficial se sumó el Banco Mundial que opinó diciendo que “vienen momentos difíciles para la economía” y que el Gobierno debe invertir en la actividad agropecuaria porque es “una buena decisión”. Igual juicio emitió el llamado “Pacto de Unidad” que hará conocer cuatro proyectos en la Cumbre que se realizará en Santa Cruz la siguiente semana.
En esa Cumbre agropecuaria también presentarán soluciones los empresarios cruceños, aunque los dirigentes del Pacto de Unidad se han adelantado a criticar a los empresarios cruceños a quienes se señaló “que son los que están preocupados en mercantilizar la alimentación” y no permitirán que ese concilio se postergue.
Es de esperar, en todo caso, que dicha “cumbre” apruebe medidas de fondo y no se quede en las ramas, de tal forma que la agricultura sea la tabla de salvación ante el peligro de naufragio que traerá consigo la caída estrepitosa de los precios del petróleo, estaño y otros.
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