El papa Francisco no tiene límites a la hora de acercarse a la gente común, esto se ha podido comprobar en el Vaticano y en las Jornadas de los jóvenes en Brasil. Incluso es capaz de detener su Papamóvil para recibir un mate de un anónimo mientras saluda en un medio de transporte con mínimas medidas de seguridad.
En una vigorosa carta a los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo y a los superiores de órdenes religiosas, el papa Francisco reitera que “se debe continuar haciendo todo lo posible para erradicar de la Iglesia el flagelo del abuso sexual de menores y adultos vulnerables”, al tiempo que se abren caminos de “reconciliación y curación para quien ha sufrido abusos”.