Ana María Parisaca, “con varios reconocimientos”, segunda de su curso, quien debía graduarse en 2014 como sargento, denunció ayer a EL DIARIO, que la obligaron a firmar su baja “voluntaria”, de la Escuela de Sargentos de la Armada “Reynaldo Zeballos Zoffre”, en Trinidad, con los argumentos de que presentaría problemas físicos y desequilibrio psicológico, que son desmentidos con certificados de laboratorios y ahora pide su reincorporación.
De acuerdo con el relato de Parisaca, el acoso sistemático del que fue víctima se inició en los primeros meses de 2014, luego de haber tenido algunos roces con instructores y comandantes de esa institución de formación militar.
La joven de 21 años presentó al exdirector de esa institución capitán de Navío, Jaime Molina, varias solicitudes para conocer cuáles son las razones por el que los instructores, utilizando su nombre y rango, la obligaron a firmar.
Luego de lo sucedido en febrero, los maltratos fueron incrementándose hasta que se le solicitó, sin ha0ber recibido la capacitación, ni ser parte del programa de estudios, construya una barcaza, para lo cual tendría que haber invertido al menos 10 mil bolivianos, orden que no pudo cumplir por los escasos recursos con los que cuenta.
A finales de la gestión, los maltratos derivaron en las bajas calificaciones que los docentes militares le otorgaron. “La orden era aplazarme de cualquier modo”, relató Paricasa, mientras enseña los certificados de notas y los resultados de análisis que tuvo que practicarse para desmentir supuestos informes de sus camaradas, realizados por orden de superiores, procedimiento empleado en su contra y la de otros postulantes.
“Sabemos que tienes una grave enfermedad”, “tenemos informes”, “eres muy bajita y flaca” son algunos de los argumentos que le dieron sus superiores ante toda consulta y reclamo que hizo a sus superiores, que bajo el pretexto de la subordinación le extendieron el 5 de diciembre, un “Comprobante de baja voluntaria”, el cual firmó ante la presión y la confusión del momento, junto a su padre el cual fue mal informado por llamadas telefónicas. Según Parisaca firmó resignado creyendo que su hija tenía una grave enfermedad.
El texto del documento hace énfasis en el hecho de que no existiría maltrato de ningún tipo, se entiende que es la respuesta de aceptación, por parte de la Escuela de Sargentos, a una supuesta solicitud de baja hecha por Parisaca, que es negado de manera tajante por ella.
La joven cuestiona los argumentos con los cuales sus superiores fundamentaron el acoso, hasta lograr que firme el documento, preguntando que si su estatura, contextura física o una supuesta enfermedad mental es el pretexto ¿Cómo fue aceptada en la Escuela, pasando todos los exámenes a los que son sometidos los postulantes, o el hecho de que el récord académico le otorga el segundo puesto de su promoción? Lo que desvirtúa que justo en los meses previos a su graduación, sus calificaciones bajen de manera tan repentina.
Parisaca, mediante su abogado, le pide al Director de la Escuela de Sargentos de Trinidad la reconsideración de esta baja, puntualizando el hecho de que el que firma la baja es el exdirector, Jaime Vaca.
En contraparte, el suboficial Ángel Salvatierra, asesor jurídico de la institución, explicó a EL DIARIO, que fue el padre de la cadete Parisaca, quien habría solicitado al director Vaca, firme su baja voluntaria antes que se lea en el orden del día la destitución por bajo rendimiento académico, siendo que Parisaca no alcanzó una nota aceptable en su examen de grado.
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