Política nacional
“Nuestro proyecto de rescate y renovación del Cerro Rico de Potosí contempla convertir los efluentes mineros, la remoción de contaminantes y otros residuos como la basura, en energía que, por otra parte, seque los lodos, o sea el tratamiento de aguas servidas, plásticos, cartones, textiles, residuos electrónicos, desechos hospitalarios, sin contaminar el medioambiente”.
Desde la Colonia, durante el período republicano y aún en nuestros días, el Cerro Rico de Potosí nunca fue objeto de una política nacional minera que, además de respetar a este monumento como fuente de vida y de progreso, lo preserve para el futuro puesto que es un yacimiento prácticamente inagotable de reservas minerales.
La política minera, tampoco abordó al Cerro Rico de Potosí, como una potencial fuente energética basada en la explotación de residuos y mucho menos valoró la transformación del agua ácida contenida en sus entrañas, como un recurso de agua potable.
Las diferentes gestiones del Ministerio de Minería de antaño y de hoy, ni las organizaciones cívicas potosinas estuvieron de acuerdo, más allá de reconocer al Cerro Rico como un emblema nacional, recuperar su estructura y la inmensa riqueza mineral existente no sólo arriba de la cota 4.400, sino también en su base piramidal.
Las empresas mineras de los Barones del Estaño, las cooperativas mineras, las organizaciones laborales mineras y en fin, entidades e instituciones relacionadas con la explotación de minerales de esta mole saturada de riquezas, jamás proyectaron soluciones conjuntas, científicas y posibles para salvar al Cerro Rico y además, para continuar su explotación desde un punto de vista científico.
EL CRÁTER
Empezando por la cúspide, la cota 4.400, continúa siendo explotada de manera artesanal y debido a ello, varios derrumbes de proporciones colapsaron parte del emblemático cono. Desde Comibol y desde otras entidades relacionadas con la minería fueron vanos los intentos de rellenar el cono con material que alcanzó las 20 mil toneladas de peso.
En lugar de alivianar esta cima, el cono actualmente soporta la cantidad señalada de peso que, además de dañar geológicamente la estructura, aumenta las posibilidades de un derrumbe de catástrofes mortales para los trabajadores tanto de interior mina, como fuera de ella.
SOLUCIÓN
De acuerdo al Ingeniero Marco Montoya Rivera, la solución que ya habría sido explicada al Ministerio de Minería como a las organizaciones laborales y cívicas de Potosí, radica en rellenar la zona de colapso, con apenas 200 toneladas de material espumoso en el cráter.
Solución que permitiría, además, el traspaso de las actividades mineras por encima de la cota 4mil 400 a nuevas zonas de explotación, más seguras.
El posible traspaso, permitiría un trabajo más sencillo, con la explotación de minerales de mejor Ley y con nuevas potencialidades.
TRATAMIENTO DEL AGUA
El ingeniero Marco Montoya Rivera también se refirió a la inundación de la parte baja del Cerro, debido a labores ejecutadas, años atrás por la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
Para ello, es necesario perforar un túnel de 7 mil 356 metros de longitud o en su defecto de 4 mil 829 metros que atraviese el Cerro Rico para asegurar el drenaje permanente del agua. Esta vía subterránea de desagüe tendría a su vez, varias conexiones laterales de ventilación. Además de la construcción de túneles y galerías según las normas mineras, para acceder a una nueva área de explotación.
El tratamiento de las aguas ácidas, posibilitaría la extracción de minerales disueltos y extracción del ácido sulfúrico contenida en estas aguas, con el objeto de destinarlo a la industria minera.
Según el experto entrevistado por EL DIARIO, incluso es posible transformar esta agua contaminada en agua para riego y potable para el consumo humano.
ENERGÍA
“Para el tratamiento del agua contaminada es imprescindible contar con energía barata y sostenida y para ello -afirma Marco Montoya-nuestro proyecto de rescate y renovación del Cerro Rico de Potosí contempla convertir los efluentes mineros, la remoción de contaminantes y otros residuos como la basura, en energía que, por otra parte, seque los lodos, o sea el tratamiento de aguas servidas , plásticos, cartones, textiles, residuos electrónicos, desechos hospitalarios, sin contaminar el medioambiente”.
“Proyectamos construir una Planta de Procesamiento de estos residuos, de 100 a 120 toneladas por día que, a su vez, producirían hasta 1 MW de energía eléctrica y energía térmica para el secado de lodos, de hasta 3 MW”, dijo.
Y algo de suma importancia, agregó Montoya Rivera: “Este proceso no es incineración ni cremación de basura, sino es la simple descomposición termolítica, en una cámara hermética de alta temperatura, sin acudir al aire, al oxígeno o al vapor. Es una técnica moderna llamada ‘Pirogasificación’ consistente en un atmósfera reductora”.
El mencionado proyecto de política minera afirma a nuestro entrevistado, aconseja dejar a un lado los rellenos pesados que dañan el cráter colapsado; generar nuevas áreas de explotación para los mineros y, con el largo túnel, sacar el agua que inunda la parte baja del Cerro, secando nuevas áreas ricas en minerales.
Potosí merece cambiar su destino de Cerro explotado artesanalmente durante siglos, por la moderna tecnología que, es sin exagerar, su última oportunidad de sobrevivencia como símbolo y riqueza escondida en sus entrañas. Clovis Díaz (clovisdiazf@gmail.com).
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