Los goles de Pablo Escobar calentaron una noche muy fría en el estadio Hernando SIles, cuando la lluvia torrencial arreciaba el escenario. El capitán atigrado le devolvió la alegría a los más de 20.000 mil personas en el escenario deportivo paceño y les brindó el calor que se necesitaba.
La noche pintaba para que el estadio se llene de “tope a tope”, The Strongest estaba a un paso de conseguir un logro histórico para el país: que un equipo nacional se clasifique a la fase de grupos de la Copa Libertadores de América.
Tal vez el estadio miraflorino no se llenó como todos esperaban, pero bastó para alentar a su equipo y para hacer sentir la localía al Monarcas de México.
El público paceño empezó a alentar a los jugadores gualdinegros desde que el lance comenzó, pero poco a poco fue bajando de intensidad en su apoyo, al igual que el fútbol que mostraba el equipo del argentino Néstro Craviotto.
Sin embargo, después de los primeros 15 minutos, el bajo nivel del equipo en la cancha en cuanto a juego ofensivo hizo que la gente aliente con más fuerza a los jugadores para que saquen sus “garras” y puedan definir el cotejo en esta etapa.
Pero, el primer tiempo terminó con el marcador en blanco y el cielo ya empezaba a anunciar la lluvia.
En el entretiempo, en el palco de honor se encontraba Evo Morales, presidente del país, junto a TIto Montaño, Ministro de Deportes, Miguel Ángel Rimba y Williams Ramallo, ex jugadores de la selección de 1994. Al lado de ellos, en el palco sur estaba la comitiva dirigencial del Monarcas, en el entretiempo, el presidente del cuadro mexicano, Pablo Boy, le entregó el banderín de su equipo al mandatario de la nación.
El dirigente mexicano volvió a su palco casi al mismo tiempo que los equipos al campo de juego para el segundo tiempo.
En la segunda mitad, el juego no había cambiado mucho y el público alentó con todo a The Strongest, hasta que una torrencial lluvia empezó a caer en el escenario miraflorino.
A partir de ahí, el apoyo del público empezó a bajar, al mismo tiempo que la lluvia aumentaba en su intensidad.
Un intenso aguacero dejó el campo de juego convertido en una piscina. Los 22 jugadores y el árbitro terminaron el compromiso empapados, al igual que los técnicos de ambos planteles.
Fue una noche especial, no solamente por la victoria contundente del cuadro atigrado, sino por la intensa lluvia que fue soportada estoicamente por las más de 20 mil almas que llegaron al estadio Hernando SIles para ser testigos oculares de la histórica clasificación de un equipo boliviano después de 10 años, a la segunda fase.
LA LLUVIA NO IMPIDIÓ EL APOYO
La copiosa lluvia no acalló el ímpetu de la parcialidad atigrada comprometida con su equipo, más aún con los goles de Pablo Escobar en dos minutos.
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