La molestia peruana

Dice Alberto Otálora, director de la agencia antidrogas del Perú, que 85% de las avionetas del narcotráfico que operan en territorio peruano tienen matrícula boliviana.

Se refiere a las naves, todas ellas Cessna 206, que parten de Bolivia y en la región del VRAEM (Valle de los Ríos Apurrimac, Ene y Mantaro) las cargan con droga y vuelven a Bolivia en una especie de puente aéreo permanente.

Las autoridades bolivianas, por supuesto, nada saben de todo esto, aunque lo intuyen: el exministro de gobierno Carlos Romero dijo alguna vez que la región amazónica es incontrolable. Bueno, ahora lo confirman desde el Perú con esta información que es una denuncia, pero también una reclamación por lo que pasa en Bolivia y afecta a países vecinos.

En marzo, según dijo Otálora, el parlamento peruano tratará la solicitud hecha por su oficina para que la fuerza aérea peruana sea autorizada a derribar las avionetas del puente aéreo.

El área donde operan las avionetas con matrícula boliviana en el Perú ha sido declarada “zona de exclusión”, una expresión que se usa para tiempos de guerra.

El parlamento paraguayo también tiene pendiente considerar una solicitud similar, para que las avionetas bolivianas cargadas de droga puedan ser derribadas en la frontera.

Lo que se sabe es que la droga que va hacia Paraguay no es la peruana, sino la boliviana, fabricada en el Chapare y la región de Yapacaní. El proceso de industrialización de la coca está mucho más avanzado que el del gas natural. Y son vecinos. La planta de urea de Bulo Bulo está parada, mientras que los fabricantes de droga operan a todo vapor.

Y el candidato argentino Sergio Massa ha anunciado que, si es elegido presidente, pondrá al ejército de su país en la frontera con Bolivia para impedir el ingreso de la droga. Los chilenos anuncian una valla electrónica para impedir el ingreso de la droga boliviana.

Se sabe, por último, que la señora Dilma Rouseff ha hecho reclamaciones similares al más alto nivel, porque la droga boliviana, y la peruana que pasa por Bolivia, es un problema muy grave para Brasil, casi tan grave con la corrupción.

En suma, que la molestia peruana por la total libertad de acción que tienen las avionetas bolivianas del narcotráfico expresa igual sentimiento de los demás vecinos.

Pero aquí es carnaval.

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