Cuatro años de frustraciones políticas

Las dos últimas elecciones generales, entre el 2010 y 2014, establecieron un formato muy particular que atañe a la vida interna de partidos, liderazgos y candidatos políticos del oficialismo y la oposición.

Fueron cuatro años que conmocionaron la conducta y la organización interna de ambos frentes ideológicos pero, además, cuatro años que hicieron imposible la renovación de liderazgo y de programas novedosos para la oposición; cuatro años que le costó varios disidentes al Movimiento Al Socialismo.

Unidad Demócrata, formada por el Movimiento Democrático Social y Unidad Nacional, es una alianza que intentó unir esfuerzos de Rubén Costas y Samuel Doria Medina, para establecer un puente oriente-occidente cuya misión, al parecer, sería la de neutralizar el liderazgo de Evo Morales.

El Partido Demócrata Cristiano, a la cabeza de Jorge Tuto Quiroga, fue el otro brazo contrario al gobierno del MAS pero, por la fuerte presión que ejerció la Alianza UD, Quiroga Ramírez jamás, durante las elecciones del 2014, se sintió cerca al proyecto de Costas ni de Doria Medina.

Aquella fractura, inconcebible para un frente de ofensiva contra el MAS, terminó en una larga pelea por el “liderazgo” de la oposición, cuyos resultados fueron negativos para los aspirantes no oficialistas a la presidencia del Estado Plurinacional.

Esa característica está hoy presente en el proceso de los comicios regionales. No hay un proyecto único entre ambas tiendas políticas (UD-PDC), ni líderes de convocatoria regional ni local, como ocurre con uno de los partidos de la Alianza que acaba de levantar las manos, al no presentar un candidato propio a la Alcaldía de La Paz a título de “dejar la cancha abierta” para el postulante de la agrupación SOL.bo.

El MAS absorbe parte del desgaste del poder. Este fenómeno se expresa en la retirada de varios militantes de cargos estratégicos. Por ejemplo, Sergio Almaráz, Rebeca Delgado, Félix Patzi y hace unas horas, Damián Condori prácticamente alejado del MAS. Líderes medios del partido gobernante que, ante su orfandad política crearon sus propias agrupaciones o se cobijaron en pequeñas tendencias sin mayor convocatoria en las presentes elecciones regionales.

Las coincidencias sin embargo, entre la oposición y el oficialismo, si bien no son ideológicas, en cambio muestran que, en estos dos polos, hay por igual militantes y dirigentes frustrados que han dejado de ser importantes no sólo para estos partidos, sino también para la masa electoral que ve en ellos, a políticos desesperados por acceder al poder no importa cómo ni con quién. Clovis Díaz (clovisdiazf@gmail.com)