Carnaval con preservativos

Después de devanarme los sesos buscando la manera más inteligente y fácil de hablar de preservativos con mi reportera nacida en Quillacollo, me atreví a decirle: “Querida comadritay, ¿usted se molestaría si le pidiera que me acompañe a aprovisionarme de preservativos que está regalando la Ministra de Salud aquí en Oruro y también en otras ciudades...?”.

La buena cholita me miró con rabia y con desprecio, para luego decirme que ella jamás había utilizado tales adminículos en las relaciones sexuales con su esposo don Nemesio que en paz descanse y menos lo haría con un viejo “achachila” como yo...

Le pedí disculpas explicándole que yo no había tratado de seducirla aprovechando de mi condición de Columnista – Jefe sino que solamente le había pedido que me acompañara hasta la repartición oficial que repartía gratuitamente esos anticonceptivos para que el pueblo boliviano se divirtiese sanamente durante los días y las noches del carnaval.

Mi explicación no sirvió de nada y la cholita cochabambina se puso a llorar amargamente, diciendo entre hipos y sollozos que yo me había atrevido a insinuarle una aventura irresponsable y lujuriosa liberándonos de responsabilidades mediante el uso de esos cochinos anticonceptivos.

Al comprobar que sus lágrimas eran amargas como la hiel, quise hurtar el bulto diciéndole que los preservativos que yo pretendía recoger gratuitamente no eran para utilizarlos con ella, que es mi pariente espiritual, sino con cualquier pelanduzca de esas que abundan en todos los carnavales del mundo, palabras que aumentaron su rabia y su dolor, pues pensó que yo podría abandonarla en pleno carnaval para estrenar los preservativos que me había obsequiado el Estado Plurinacional y Folclórico de Bolivia.

Al comprobar que cada instante que pasaba hería más a mi virtuosa comadritay, decidí poner fin a mis explicaciones y disculpas por causa de esos malditos preservativos que regalaba la Ministra de Salud en nombre del Presidente Evo, acercándome a mi herida comadritay para decirle con suave y convincente voz: “Ya no pensaré más en ir a recoger esos preservativos estatales que le han causado tantas lágrimas de enojo y que fueron lanzados por el Gobierno con el fin de prevenir la proliferación de horribles e incurables males. Ojalá que nuestro presidente Evo (que es Doctor Honoris Causa de algunas universidades) descubra otra clase de preservativos para evitar el contagio de la soberbia y la corrupción que están causando mucho mal entre los bolivianos, no sólo en carnavales sino todos los días del año”.

Al escuchar mis palabras, la cholita cochabambina sonrió y abrazándome me dijo: “¡Ahora vámonos a bailar sin pensar en preservativos!!!”.