Sedeges encara restructuración cargando problemas de 20 años

Una evaluación preliminar sobre la restructuración que se determinó debe efectuarse al interior del Servicio Departamental del Gestión Social (Sedeges) da cuenta que la institución adolece de “una falla estructural”, que data de al menos 20 años, según su directora, Marisabel Zubieta, que afirma que en la institución trabaja personal que incluso no cuenta con título de bachiller.

El Sedeges es responsable de dar protección a menores, jóvenes y personas de la tercera edad, en estado de indefensión en 10 hogares de acogida y tres institutos especializados en la rehabilitación.

Entre personal administrativo, educadoras, trabajadoras sociales, mamas sustitutas (mamitas), médicos, auxiliares de enfermería, enfermeras, porteros y choferes, el Sedeges cuenta con un personal de 320 personas, lo cual además tiene una carga social, en la que juega su propio rol, el sindicato de trabajadores.

El 26 de enero, el gobernador de La Paz, César Cocarico, mediante una resolución administrativa, Nº 118/2015, resolvió disponer la “intervención técnica administrativa legal de los (13) centros de atención integral dependientes del Sedeges”.

La trascendental determinación fue asumida a raíz de la muerte del bebé Óscar Alexander, en Hogar Virgen de Fátima, que entre muchos otros aspectos, develó que a raíz de una administración, con visos políticos, en estos centros no se contratan profesionales especializados en la atención de los menores o adultos mayores.

La ola de denuncias que se dio luego de la muerte del bebé de ocho meses, el 13 de noviembre de 2014, a causa de una supuesta vejación sexual, obligó a la Cámara de Diputados, ordenar a las nueve gobernaciones del país, entregar informes sobre estos centros, pero sólo cuatro de ellas cumplieron con el requerimiento hasta antes del cambio de legisladores.

De acuerdo con el análisis de Zubieta, no se puede negar que determinadas instituciones dependientes de la Gobernación, como el Sedeges o el Sedcam fueron botín político. Prueba de ello es que en el Sedeges trabajan desde hace más de 20 años, personal que en algunos casos ni siquiera cuenta con un título de bachiller, pero tiene contacto directo con los menores y lo singular, es que el tiempo les ha dado la pericia sobre situaciones a los que algunos profesionales les cuesta adaptarse.