Han transcurrido 136 años de aquel 14 de febrero de 1879, recordado por los bolivianos como el año fatídico, debido a que fuerzas chilenas, poniendo en práctica su proyecto geopolítico de apoderarse de la inmensa riqueza natural, contenida en las centenarias guaneras, da un ultimátum a la Prefectura del Departamento del Litoral boliviano, para que se rinda y abandone Antofagasta.
Para los historiadores, lo que ha hecho Chile con Bolivia no tiene antecedentes en la historia mundial. Ningún Estado ha condenado a la asfixia perpetua a otro, como en el presente caso, cercenándole sus únicos vitales pulmones habilitados con gran sacrificio por los bolivianos durante sus primeros cincuenta años de vida republicana: Antofagasta, Mejillones, Cobija y Tocopilla.
Asimismo, puntualizan que Chile tiene la obligación moral, política y ética de restituir a Bolivia su acceso propio y soberano al mar.