Pekín, (EFE).- La grave contaminación que sufren numerosas ciudades chinas como Pekín está presionando a la baja la venta de petardos y fuegos artificiales en general para el Año Nuevo chino, donde es costumbre hacer uso de ellos para “alejar” la mala suerte.
Ya sea por restricciones o prohibiciones, los números están bajando este 2015, según los últimos datos oficiales recogidos por la prensa oficial ayer.
Un total de 138 ciudades del país asiático han impulsado prohibiciones y 536 urbes han implementado restricciones en relación a los fuegos artificiales hasta ahora con el objetivo de disfrutar de un cielo más limpio durante estas marcadas fechas, anunció el Ministerio de Seguridad Pública.