El más importante Órgano del Estado, entre los cuatro existentes, es el Legislativo y su importancia se hace más notoria en vista de que el Órgano Ejecutivo ha cambiado gran parte de su personal de ministros, mientras el Órgano Judicial atraviesa una crisis de grandes proporciones, pues, inclusive, las máximas autoridades del país -el Presidente y el Vicepresidente- calificaron a este último organismo con los adjetivos más contundentes y, finalmente, aseguraron que está “podrido” y debe ser objeto de una “revolución” sobre la base de un referéndum.
El nuevo organismo parlamentario producto de la Carta constitucional nacida de la Constituyente del año 2006, conservó las atribuciones y objetivos tradicionales de otros tiempos. A la vez durante los últimos cinco años sancionó -haciendo notables esfuerzos- numerosas disposiciones para dotar al país de nuevas normas legales que, sin embargo, pese a que sobrepasaron las 500, no han llegado a conocimiento del pueblo y no tienen el cumplimiento necesario, como, por ejemplo, las leyes para evitar la violencia contra las mujeres, la que se opone al racismo y la discriminación, la dirigida a la lucha contra la corrupción, y otras varias.
La gestión legislativa recién trascurrida ha sido criticada por los opositores de ineficiente y de limitarse a estudiar proyectos de ley llegados del Palacio Quemado, mientras los oficialistas afirman que en el curso de las sesiones los honorables diputados y senadores fueron protagonistas de profundas discusiones y análisis en cumplimiento de sus altas responsabilidades.
Cualesquiera fuesen las críticas o elogios a la última gestión legislativa, lo cierto es que al presente encara una etapa de altas responsabilidades para ofrecer al país leyes que, además de regular la vida social, se cumplan y no queden en el papel y durmiendo el sueño de los justos.
Se critica que el cuerpo parlamentario actúa sin el control de la población y discute entre cuatro paredes sin que exista la oportunidad de conocer qué es lo que estudia o, por lo menos, se conozca la cara de los representantes. Tampoco escucha qué debaten y aprueban los senadores y diputados, problema debido a que no son accesibles al pueblo las barras de ambas Cámaras, que en últimos años han sido cerradas a cal y canto, al contrario de lo que ocurría en otros tiempos cuando esos palcos eran de libre acceso para toda la población.
Se recuerda que el gran tribuno Franz Tamayo, cuando fue Presidente de ese organismo, sentenció en defensa de la voz del pueblo, que la barra era el “organismo colegislador” y que en ningún momento debía ser sometido a control y menos clausurado, como ocurre en tiempo de la democracia contemporánea.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |