Leer en la escuela

Uno de los graves problemas de la educación primaria, secundaria, formación de maestras y maes-tros, universitaria, es, que en nuestro Estado Plurinacional se lee poco o no se lee nada. Aunque paradójicamente pode-mos asegurar que todos saben leer. Algunos lo hacen muy bien, con todas las normas posibles, ritmos, tono, pausas y otros. Pero muchos no comprenden lo que leen. O sea, no saben lo que quiere decir el texto. El costo de este problema se paga con creces en la educación superior. Como docente de educación superior fui descubriendo que la mayoría de los estudiantes, tanto varones y mujeres, se enfrentan a una serie de problemas, debido a que no saben leer. O sea, me refiero a la dificultad de com-prensión.

Generalmente poseen una lectura literal, una comprensión lectora básica. Muy pocos llegan a realizar una lectura inferencial y casi nadie llega a una lec-tura crítica. Los docentes de educación superior atribuyen esta dificultad a los profesores del nivel inicial, primario y hasta secundario. Y los docentes del nivel inicial como un acto contestatario atribuyen a las Escuelas Superiores de Formación de Maestras y Maestros. Un pin pon pedagógico.

Considero que la tarea es de todos. Como profesores de cualquier nivel, debemos generar instrumentos metodo-lógicos para una buena comprensión lectora. De acuerdo a la nueva política educativa boliviana, hoy no basta leer un texto escrito, sino también hay que aprender a leer la naturaleza, las cons-telaciones, el olor del viento, el canto de las aves, los tejidos andinos y amazóni-cos, hasta uno tiene que aprender a leer su propio cuerpo. En otras pala-bras, hay que leer el con-texto de la comunidad y el texto escrito de mane-ra holística, reflexiva, critica, la cual debe estar acompañada de una dis-ciplina y una meditación profunda.

Finalmente, tenemos que adaptarnos a la re-volución tecnológica, porque el libro está sien-do reemplazado por la imagen, DVD, CD, televi-sión, Internet, Facebook, y otros, pero seguiremos leyendo con los mismos ojos de siempre.