Francis Weed - (AGENCIA CYTA - INSTITUTO LELOIR)
En un laboratorio argentino estudian microorganismos que tienen la sor-prendente capacidad de elaborar plásticos. Este material se puede producir en forma industrial y tiene la ventaja de ser 100 por ciento biodegradable.
Las bacterias podrían convertirse en una fuente alternativa y ecológica de los plásti-cos convencionales derivados del petró-leo, aunque, por ahora, los costos de pro-ducción son muy altos. Así lo señaló a la Agencia CyTA-Leloir un científico argenti-no de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), quien investiga uno de estos microorganismos desde 2002.
“Con el correr de los años su uso va a ser masivo, pero hoy resultan caros a la hora de producir envases plásticos”, ase-guró el doctor Juan Ignacio Quelas, biólo-go que investiga bioplásticos en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Exactas de esa casa de estudios.
Estos bioplásticos, los polihidroxialca-noatos (PHA), “son polímeros naturales formados por unidades repetitivas de mo-nómeros lipídicos que tienen carbono, oxí-geno e hidrógeno”, explicó el también investigador del CONICET (Los polímeros son moléculas formadas por una sucesión de otras más pequeñas e iguales entre sí, monómeros, que se unen como las cuen-tas de un collar). Las bacte-rias los producen como re-serva de carbono y energía, y los almacena en forma de gránulos dentro de su cito-plasma (interior celular).
Los PHA fueron descubier-tos en 1926 por el microbiólo-go francés Maurice Lemoig-ne mientras trabajaba con la bacteria Bacillum megate-rium. Pero fue durante los años ‘70, cuando el alza de los precios de los hidrocar-buros obligó a las empresas a pensar en sustitutos a los plásticos tradicionales deri-vados del petróleo, que las investigaciones sobre estos materiales realmente florecieron. En los ‘80, la com-pañía británica Imperial Chemical Indus-tries Ltd. desarrolló un bioplástico, Biopol, que aún hoy se comercializa.
Quelas investiga a Bradyrhyzobium dia-zoefficiens, una bacteria que forma nódu-los en las raíces de las leguminosas para fijar el nitrógeno atmosférico. En particular, el científico estudia la influencia de los PHA que fabrica el microorganismo sobre distintos parámetros metabólicos y fisioló-gicos, así como su interacción con legumi-nosas. Sería factible, según Quelas, utili-zar estas plantas para producir PHA en sus nódulos y después purificarlos, una técnica que ya se utilizado aunque con escaso rendimiento.
Otra alternativa, que podría favorecer una producción más económica, sería in-sertar mediante ingeniería genética los genes responsables de la síntesis de PHA en organismos que naturalmente no lo fa-brican, como Escherichia coli. Los benefi-cios son varios: la producción de E. coli tiene bajo costo y alta densidad de cultivo. Y resulta fácil su manipulación genética.
Los bioplásticos son no tóxicos y biode-gradables, pero, insistió Quelas, todavía no están dadas las condiciones para su producción industrial a gran escala. “Mien-tras haya petróleo y no haya políticas sus-tentables, esto no va a cambiar”, deslizó.
ARGENPRESS.info
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