Un comprador moroso

Al contrato de compra-venta de gas natural entre Bolivia y Argentina le faltaba una cláusula: el gas boliviano debe ser pagado.

Un detalle importante que fue incluido en medio de los días de carnaval por funcionarios, serios funcionarios, de YPFB y Enarsa.

Se trata de una “adenda” por la cual, en serio, fuera de toda broma, sin que sea un sarcasmo, Argentina se compromete a pagar por el gas que recibe de Bolivia.

Cualquiera hubiera podido suponer que si el contrato se llama de “compra-venta”, el hecho del pago estaba incluido, o dado por supuesto, ya que nadie compra nada sin pagar por ello.

Las autoridades nacionales no han informado sobre la razón de este extraño documento, de esta “adenda” que parece una broma de carnaval.

En realidad, YPFB hace mucho tiempo que no informa de muchas cosas, por lo menos desde que dejó de publicar el boletín mensual, que era una traición de la empresa, y dejó de hacerlo exactamente en enero de 2006.

Ahora, por ejemplo, sería bien que la empresa informara sobre lo que está pasando con el único proyecto de industrialización del gas natural: la planta de Bulo Bulo.

A los dos meses de que una empresa que participaba en la construcción de la planta se declarara en quiebra y despidiera a los 350 trabajadores que tenía, nada, ni una palabra, sobre el futuro de ese proyecto.

Parece inevitable relacionar ambos hechos. Si el proyecto Bulo Bulo está paralizado porque Argentina no paga sus cuentas sería algo que Bolivia necesita saber. Y también saber si la “adenda” no es, como se sospecha, una reprogramación de pagos porque no se han cumplido en los plazos establecidos.

El silencio no ayuda en nada. Las dudas son muy consistentes, porque ya una vez Argentina entró en mora en sus pagos por el gas boliviano, y terminó pagando con una chatarra llamada “carritos Hanne”.

Con la señora Cristina Fernández en situación de jaque mate, la misión boliviana de cobrar a Argentina se pone muy difícil. La cola que hacen los acreedores es muy larga.

Y con este panorama, el gobierno boliviano espera que las empresas petroleras inviertan en exploración para encontrar yacimientos que permitan seguir enviando gas a Argentina. ¡Pero che!

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