Tiempo del arrepentimiento

Ayer recibí muy temprano a mi pariente espiritual, quien no lucía su expresión alegre y picaresca habitual, preguntándole si se hallaba triste o estaba de “chaqui”, a lo cual respondió: “Hoy es Miércoles de Ceniza, estimado compadre, y aquí le traigo esta piedra de gran tamaño para que se golpee su pecho con ella”.

Esa noticia litúrgica alegró mi corazón porque significaba la conclusión del carnaval y de los consiguientes meneos corporales a los que me obligó Macacha en la ciudad de Oruro.

Levantamos la piedra con gran esfuerzo común y procedimos a golpearnos los pectorales, queriendo significar con ello el arrepentimiento común por nuestros pecados cometidos y sobre todo por los que cometimos sólo con el pensamiento.

Antes de dirigirnos al templo para participar de la misa que inicia la Cuaresma, reparé en la blusa color morado que lucía la cholita nacida en Quillacollo y que me pareció novedoso, a lo cual la informada reportera me contestó: “Debe usted saber, compadrituy, que el morado es el color litúrgico que utiliza la Iglesia Católica durante la cuaresma, tiempo de cuarenta días que usted, yo y todos los cholos católicos de Bolivia deberíamos dedicarlo a la oración, preparándonos para la Semana Santa”.

Como la cholita cochala advirtió mi extrañeza por sus conocimientos litúrgicos acerca de la Cuaresma, me recordó que gran parte de sus conocimientos religiosos los adquirió en su pueblo, donde hace muchos años trató de enamorarla un cura cholero y friolento que dormía con sotana, con fulana y con mengana.

Antes de dirigirnos a nuestro templo parroquial de Obrajes, pregunté a mi reportera que lo sabe todo si el carnaval había concluido para todos los católicos bolivianos, respondiéndome Macacha con un “ja, ja-jay” muy propio de ella y estas palabras que me sorprendieron: “No, pues, compadrituy, no sea usted ingenuo, el carnaval continúa en todas las reparticiones gubernamentales del país porque a las carnestolendas le siguen las elecciones para gobernadores, alcaldes, concejales y asambleístas departamentales y he escuchado por ahí que la situación electoral está que arde y hay orden de no aflojar, por lo cual todos los movimientos sociales siguen con antifaz y continúan disfrazados de pepinos, de parlamentarios, y sobre todo de ‘chorizos’, sobre todo en el sector campesino, donde la repartija de millones de pesos continúa pese a la denuncia del Contralor General de la República”.

Mi comadrituy y yo elevamos una oración por todos esos pecadores y nos dirigimos al templo para pedir perdón por todos los pecados que cometimos y también por los que no pudimos cometer.