Islamistas amenazan con enviar 500.000 inmigrantes a Europa

“Si envían fuerzas armadas a Libia nosotros enviaremos 500.000 inmigrantes”. Este es esencialmente el mensaje enviado por la franquicia yihadista libia al Gobierno italiano.

El ministro de Exteriores italiano, Angelino Alfano, había dicho el lunes que Libia tenía que ser la “prioridad absoluta” para la comunidad internacional, y que “no había tiempo que perder”. “Si las milicias del Califato se mueve más rápido que la comunidad internacional a la hora de tomar decisiones, tenemos el riesgo de un éxodo sin precedentes”.

Más prudente se mostró Matteo Renzi, que había declarado que “no era el momento para una intervención militar”, cuando el ministro de defensa afirmó que Italia estaba dispuesta a movilizar a 5.000 soldados para luchar contra el Estado Islámico (EI) en Libia.

Las costas italianas están tan solo a 350 kilómetros de las de Libia. En el vídeo de la matanza de 21 coptos, un yihadista advirtió: “Estamos al sur de Roma”. El caso de Libia está ahora en el foco de atención de los medios de comunicación en Italia, y el país está bajo una gran presión por temor a un ataque en cualquier momento, informa “Le Figaro”, publicó ABC.es

Según las escuchas telefónicas a las que ha tenido acceso el diario itailano Il Messaggero, el Estado Islámico pretende utilizar a los inmigrantes como un “arma psicológica” contra Europa y especialmente contra Italia si interviene en Libia. En estas conversaciones telefónicas interceptadas por la policía italiana, yihadistas amenazan con enviar a miles de barcos llenos de inmigrantes a las costas italianas. Hablan de “500.000 inmigrantes”. “Los yihadistas lanzan la hipótesis de enviar a la deriva hacia Italia cientos de barcos llenos de inmigrantes desde el momento en que nuestro país proceda a una intervención armada en Libia”, informa el diario romano.

Más de 170.000 inmigrantes llegaron a Italia en barco el año pasado. Los “buques fantasma” son los nuevos contrabandistas de los inmigrantes en el Mediterráneo: se utiliza para poner en marcha los buques de carga, llenos de inmigrantes y se envían a la deriva, sin conductor, para exigir a los equipos de rescate que intervengan.