No existe una política nacional del Estado para la reconstrucción del primer pueblo del Alto Perú, creado por los primeros españoles.
Oruro, (EL DIARIO).- Paria, la primera población creada por los españoles que llegaron en 1535, ha perdido su originalidad, desde el momento que se cayó la torre colonial, hace más de 30 años y en su lugar se efectuó una reposición que no tiene estética ni calidad artística.
El asambleísta departamental de Oruro, Eduardo Campos Velasco, logró recuperar una fotografía de la torre original de Paria, que data de hace más de 50 años, donde todavía se mostraba las grietas y los ventanales en pleno proceso de destrucción.
A través del internet, Campos dijo: “Antigua torre del templo de Paria. Se desplomó hace varios años; hoy, en su lugar, se ha levantado otra que no tiene semejanza con la historia”.
La fotografía despertó curiosidad de varios investigadores y ciudadanos que han lamentado la forma en que se descuidan esta clase de edificaciones que forman parte de la historia, precisamente desde 1535, cuando los españoles llegaron a ese rinconcito de lo que hoy es Bolivia, un sitio espectacular por la variedad de características que nos ofrece la naturaleza.
Paria está ubicada a 12 kilómetros al Noreste de la ciudad de Oruro. Paria fue construida desde 1535, mientras que Oruro, recién aparece en 1606, es decir, 71 años después de la permanente investigación de parte de aquellos españoles que estaban ávidos de encontrar oro y plata en los alrededores.
Después de recorrer a caballo por diferentes lugares, tuvieron que llegar a Oruro y encontrar algunos cerros amarillentos y colorados, donde la plata estaba a flor de piel, es decir, fácil de extraer y tenía una pureza mejor que la que tenía el cerro rico de Potosí, según los historiadores e investigadores.
Por eso, muchos mineros de Potosí se fueron a Oruro, porque había más facilidades para trabajar y menos accidentes, porque no era necesario excavar mucho para encontrar las enormes vetas de plata.
Paria fue el lugar ideal para la construcción de una ciudad, porque a pocos pasos había un río con agua limpia, cristalina, que permitía garantizar la preparación de alimentos y, a pocos pasos, también había aguas termales que se ha venido en llamar Obrajes.
Las aguas termales permanecen hoy. En ese lugar, se ha construido un balneario administrado por la Familia Fricke, pero de acuerdo a las acciones de los comunarios de Paria, bajo presión, se ha conseguido la “nacionalización” de ese sitio y su transferencia a los habitantes de Paria, para su administración como un centro de recreación.
La distancia entre Paria y Oruro es de apenas 12 kilómetros. Según algunos investigadores, “Oruro debía estar unida a Paria y hacer que ambas poblaciones trabajen por un solo objetivo, el desarrollo turístico, arquitectónico y económico, porque ambas tienen la misma historia. Los españoles que vivían en Paria prefirieron ir a Oruro, porque tenían abundante cantidad de plata, riqueza para la construcción de una nueva ciudad, en las faldas de la serranía sagrada de los urus”.
El investigador Jesús Elías, sin embargo, explicó: “Entre la fundación de Paria la nueva (1535) y la Villa Española de Oruro (1606), no existe referencia de tratar de ser una sola. Ambas respondieron a una necesidad muy distinta. En el primer caso, establecer bajo el Virrey Toledo, la división geopolítica de las parcialidades indígenas en espacios administrables. En cambio, la fundación de Oruro sobre el caserío indígena milenario, respondió a una proyección económica”.
Sin duda alguna, Paria era el centro geopolítico del Alto Perú y desde allí se efectuaba la división geográfica hacia los cuatro puntos cardinales. En cambio, Oruro, para los españoles, era el sitio perfecto para garantizar la estabilidad económica de España, como lo fue el Cerro Rico de Potosí, y también para garantizar la vida de las familias españolas que se repartieron los cerros para la explotación de plata, especialmente en el Cerro San Miguel, La Tetilla y La Colorada.
Hoy, el cerro San Miguel y La Tetilla están siendo absorbidas por las nuevas construcciones. El cerro La Tetilla sólo aparece como un pequeño cono, en la punta, porque el 80 por ciento ya está ocupado por las edificaciones, tanto de casas pequeñas como de edificios de tres o cuatro plantas.
En cambio, Paria, si bien tiene historia, cada vez está perdiendo su característica urbanística que tenía hace 480 años. Su torre construida por los jesuitas, los primeros sacerdotes asentados en el lugar, ha desaparecido y en su lugar se hizo una especie de cajón erigido con ventanales nada estéticas que deterioran aquella historia de 1535.
Las casas aledañas, alrededor de la plaza, ya no tienen los techos de paja ni de cerámica, sino calaminas que han destruido gran parte de la arquitectura de aquella época colonial.
El ex alcalde de Paria, Raúl Quiroga, dijo que sería hermoso “hacer una reconstrucción de aquella población histórica, que se convierta en un atractivo turístico, para que todos vean cómo era la población española de hace 480 años, pero para eso se requiere apoyo del Estado”.
Por el momento, no hay proyecto ni presupuesto para la reconstrucción de Paria, la histórica.
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