El diablo tentador

Cuando vi a mi pariente espiritual ingresar a mi escritorio portando una garrafa de agua le pregunté su propósito, respondiendo la inquieta reportera que se trataba de agua bendita porque había captado la noticia de que este Domingo de Tentación nos visitaría el diablo, al igual que a muchas almas cristianas que nos propusimos vivir un tiempo de Cuaresma que podría limpiar nuestras almas para la llegada de la Semana Santa.

Agradecí la previsión de la cholita nacida en Quillacollo, comunicándole al mismo tiempo que el diablo me visita anualmente en esta fecha y que primicialmente ella tendría la oportunidad de hacerle una entrevista para publicarla en mi columna periodística.

Mágicamente, el diablo apareció junto a nosotros y no tuve más remedio que presentarlo a mi comadre, a quien el diablo miró con interés, aunque solamente dijo: “la conozco hace muchos años como prestamista, aunque yo ignoraba su incursión en los campos del periodismo…”.

Ágilmente, la cholita periodista sacó su libreta de anotaciones que fue extraída de los pliegues de sus enaguas y polleras y comenzó a interrogar a este personaje que es tan viejo como Adán y Eva y tan astuto como es Evo Morales.

La cholita dijo al diablo (cual si éste fuera futbolista extranjero) si le afectaba la altura cuando tiene que trabajar en La Paz, a lo que respondió el maligno: “No, señora cholita, yo tiento a las almas débiles en cualquier terreno y acabo de darme cuenta de que la altura favorece a mis labores de mandar almas al infierno…”.

Como la cholita no entendió a qué se refería el diablo, este personaje le explicó: “Le hablo de personajes que están muy arriba, junto a Evo, y son las almas débiles para caer en la tentación, como en el caso del Fondo Indígena, que me ha proporcionado grandes satisfacciones”.

Mientras la novel periodista anotaba las declaraciones diabólicas en su libreta, el maligno me guiñó un ojo maliciosamente y me dijo en la oreja: “la cholita está muy guapa y yo sé que tiene mucha plata, ¿no te agradaría que la incluyera en tu menú de hoy que es Domingo de Tentación…?”.

Mi comadritay captó las palabras maliciosas de su entrevistado y sin decir agua va, vertió sobre él la garrafa de agua bendita que ella previsoramente llevó a mi escritorio, acción que provocó la huida del maligno entre ayes de dolor y desesperación.

Satanás huyó de mi escritorio peor que un alma perseguida por el diablo. Una vez más se cumplió la frase que recogió la Historia al hablar de las Heroínas de la Coronilla: “Ante vuestras ‘makanas’ el enemigo tiembla.”

Mi valiente reportera hizo huir al diablo este Domingo de Tentación.