Orígenes de la crisis en Grecia

Referirse a la crisis que confronta Grecia sólo puede explicarse por la experiencia que pueden rescatar todos los países del mundo, entre ellos Bolivia. Sus orígenes fueron la mala administración de varios de sus gobiernos, la que se tradujo en despilfarro, falsificaciones de balances anuales para entregar a la Euro Zona y un endeudamiento desenfrenado.

El eufemístico llamado “Estado de Bienestar”, que en decenios anteriores pretendió aplicarse en gran parte de los países europeos, afecta todavía a éstos, pero en Grecia se precipitó al vacío. Su realidad económica es limitada y no estaba en condiciones de salir airosa de un experimento demagógico de tal magnitud.

Entre los años 90 y 2000, tendencias socializantes llegaron por las urnas u otros medios a la cima de los poderes en Europa. Al presumir que estaban en aptitud de ampliar y generalizar las políticas sociales y los gastos fiscales, prácticamente vaciaron las arcas fiscales.

Fue entonces cuando acudieron al crédito internacional ilimitado, al suponer que sus economías eran sólidas y tenían posibilidades de cumplir las crecientes obligaciones externas e internacionales que se contraía.

Existen diversos informes y explicaciones acerca de los orígenes de la crisis griega. Ante la eventualidad de que sean parciales, en el periodismo mundial se considera a la revista británica The Economist profesionalmente como la más idónea. Este un apretado resumen suyo.

La actual deuda pública de Grecia sobrepasa de lejos a su PIB (Producto Interno Bruto), llega al 169%. Su déficit alcanzó al 9%.

A esto se debe que tenga una tasa de desempleo del 23% y que el índice de pobreza del país vaya en aumento, cada mes. Grecia, tiene 11 millones de habitantes.

Empero, no se llegó a esta situación de la noche a la mañana. Estas algunas interrogantes que formula The Economist: ¿Cómo y cuándo empieza a originarse esta catástrofe económica? ¿Quiénes han sido los principales responsables? ¿Los políticos de Grecia y Europa? ¿El sistema financiero internacional actual y sus organismos reguladores? ¿O han sido los propios griegos y la cultura del Sur de Europa que tanto crispa a los del Norte?

Contraer deudas es de por si una posición peligrosa, pero controlable, y así se mantuvo Grecia hasta los inicios de los años 80, cuando empezaron a dispararse los niveles de endeudamiento del país.

Corrían finales de los años 90, años de bonanza e ilusión ante un nuevo proyecto europeo, el euro. Por aquel entonces, Grecia incumplía la mayoría de los acuerdos de Maastricht: ciertos requisitos relacionados con inflación, tipos de intereses, déficit o deuda pública y algunos otros más.

Pero, en junio del año 2000, los mandatarios europeos, en un acto de complacencia económica o compromiso político, decidieron permitir el acceso de Grecia a la zona euro, ignorando que su deuda/PIB estaba por encima del 100% (el máximo permitido para acceder a la moneda única era del 60%). Además, existían otras evidencias sobre la mala salud de las cuentas públicas del Estado.

Con la entrada en circulación del euro, enero de 2001, en Europa todo inducía a tener grandes expectativas con una Europa viento en popa, los gobiernos griegos no decidieron acometer reformas estructurales que mejoraran su baja competitividad, pese a ser años de fuerte crecimiento. Asimismo, hicieron caso omiso a las múltiples recomendaciones y advertencias enviadas por parte de las instituciones europeas y otros organismos internacionales.

En esas circunstancias se produjeron los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Fue otro fiasco financiero, se gastó más del doble que en los Juegos de Sydney 2000, sobre la base de grandes índices de endeudamiento.

Cinco años después de los Juegos y en plena crisis internacional, en octubre de 2009, el primer ministro griego Yorgos Papandréu reconoció que el país se hallaba sumido en la corrupción y que la contabilidad nacional había sido falseada para informar a la Euro Zona.

Ante este panorama, y con el turismo y el transporte marítimo (pilares de la economía griega) golpeados fuertemente por la coyuntura económica internacional, llegó en mayo de 2010 el primer rescate de la troika (FMI, Banco Central Europeo y Consejo Europeo), por valor de 110.000 millones de euros.

El rescate tuvo condiciones, recortes salariales, disminución de las pensiones jubilatorias, subidas de impuestos y creación de nuevos tributos. Con los ingresos de la economía real por los suelos, con constantes alzas en gravámenes y sin estímulos para el crecimiento económico, se aceleró el círculo vicioso que agravó la recesión y nuevas subidas en impuestos.

La situación económica se recrudecía y ante la imposibilidad de que Grecia pudiera cumplir con sus acreedores, llegó en julio de 2011 un segundo rescate, por valor de 130.000 millones de euros, más la aprobación de la Unión Europea de una condonación del 50% de la deuda griega con sus acreedores privados.

Algo más. El periodista Miguel Roij, del periódico económico Expansión, de Argentina, describe así algo del modelo económico-social griego que llevó al país a la quiebra:

-Las hijas solteras o divorciadas de los funcionarios fallecidos tenían derecho a cobrar la pensión de sus progenitores.

-La Administración griega contaba con cientos de comités -empleaban a un total de 10.000 personas- para gestionar todo tipo de asuntos, entre ellos cuidar el lago Kopais, que desde hace 80 años no tiene agua.

-La empresa pública de ferrocarriles tiene al año el ingreso de 100 millones de euros. A cambio, gasta 400 millones en salarios y 300 millones en otros gastos.

-El empleado medio de la empresa ferroviaria cobra 65.000 euros al año.

-El salario medio del empleado de una empresa pública se triplicó más que el salario medio nacional.

-Un ex Ministro de Finanzas declaró que Grecia no llevaba las cuentas de lo que gastaba. Sólo sabía que debía gastarse.

-Peluqueros, locutores de radio, camareros, músicos (hasta 600 otros sectores, que eran catalogados como profesiones de riesgo) tenían derecho a jubilarse a los 55 años (si es varón) o 50 (si es mujer).

-Hay un 50% más de profesores por alumnos en Grecia que en Finlandia, pese a que el sistema griego está calificado como uno de los peores, mientras que el finlandés es uno de los más eficientes.

-Dos terceras partes de los médicos griegos declaran ingresos inferiores a 12.000 euros al año, lo que no les impide lucir mansiones y coches de lujo.