Deuda de Chile a Bolivia

Iniciamos hoy la publicación de esta columna dedicada a temas políticos nacionales e internacionales, que transitan por las cámaras de Senadores y Diputados de la actual Asamblea Legislativa Plurinacional.

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Así, el Presidente del Senado, apoyando la demanda marítima boliviana, trajo al presente las palabras dichas antes del golpe de Estado de Pinochet, por el entonces presidente Salvador Allende: ““Chile tiene una centenaria deuda con Bolivia y estamos dispuestos a emprender una solución histórica. Bolivia retornará soberana a las costas del Pacífico”.

EL golpe militar del 11 de septiembre de 1973 derrocó a Salvador Allende y afianzó una serie de dictaduras militares en Bolivia, Argentina, Brasil y otras naciones de América Latina. Miles de exilados y centenares de muertos fue el saldo de aquella trágica etapa.

Empero, después de las frases de Salvador Allende, cual fue llegar a una solución pacífica y justa con Bolivia, hubo un período de silencio sobre la cuestión marítima hasta que, el propio Augusto Pinochet (experto en geopolítica), se reunió con el general Hugo Bánzer Suárez, en la población fronteriza de Bolivia con Chile, el 8 de febrero de1975.

Ambos mandatarios firmaron una Declaración Conjunta por la que, Chile y Bolivia se obligan a “buscar fórmulas de solución a los asuntos vitales que ambos países confrontan, como el relativo a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia, dentro de recíprocas conveniencias atendiendo a las aspiraciones de los pueblos boliviano y chileno”.

Chile, en aquel contexto histórico, el 19 de diciembre de 1975, después de diez meses del Abrazo de Charaña, propuso la cesión de una costa marítima soberana, ubicada entre el casco norte de la ciudad de Arica hasta la Línea de la Concordia, unida al territorio boliviano por una franja territorial igualmente soberana.

Han transcurrido cuarenta años de aquellas lejanas jornadas en las que, un socialista y un dictador coincidieron geopolíticamente, en “buscar fórmulas de solución a los asuntos vitales que ambos países confrontan”.

Hoy, por el contrario, bajo el mandato de la presidenta Michelle Bachelet y de un entorno socialista, la Cancillería de Chile no sólo niega la voz sabia de sus dos exmandatarios, sino que va contra la razón al utilizar una política ofensiva y sin argumentos históricos contra Bolivia.

El presidente del Senado, José Alberto Gonzales, citando una solicitada en El Mercurio de Chile que menciona precisamente el alego de Allende, reiteró: “Bolivia retornará soberana a las costas del Pacífico”.

PRISIONERA

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, podría estar en el papel de “prisionera” de su propia Cancillería porque, el mando en la ofensiva marítima contra Bolivia, asume y controla totalmente Heraldo Muñoz.

(Clovis Díaz de Oropeza F.) (clovisdiazf@gmail.com).