Los billetes de menor denominación se desgastan más rápidamente y los de mayor valor tienden a desaparecer como el caso de las monedas de oro que la gente tiende a atesorarlas. Ello se denomina la ley de Gresham. Otros factores que influyen en la duración de los billetes son el material de fabricación (más papel o más plástico), la humedad del ambiente, la forma de uso y cuidado por parte del público, entre otros. En lo que respecta a las monedas, dado su materia de fabricación (acero inoxidable), se estima que pueden tener un tiempo de vida útil de hasta 30 años. Las ciudades que presentan un mayor deterioro del material monetario en circulación son Santa Cruz, Beni y Pando. Esta diferencia es atribuible a las condiciones medioambientales, ya que el oriente del país tiene en general un mayor nivel de humedad que en occidente. El gasto por reposición de billetes corresponde al costo total por emisión. Estos no son realizados con periodicidad regular, más bien responden a las proyecciones del requerimiento de efectivo efectuadas regularmente por la Gerencia de Operaciones Monetarias del BCB.