(EFE).- Río de Janeiro, antigua capital y la segunda urbe más poblada de Brasil, festejó ayer sus 450 años de fundación con una variada programación cultural, artística, deportiva y protocolaria en la que no podía faltar una gigante torta de cumpleaños.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, después de participar de los actos por la investidura de su colega uruguayo, Tabaré Vázquez, retornó directamente de Montevideo para inaugurar en la tarde del domingo el túnel subterráneo de 1,45 kilómetros “Río 450”, que unirá el centro de la “Ciudad Maravillosa” al barrio de Gamboa.