El doctor José Mariano Serrano, eminente político alto peruano, fue uno de los preclaros hombres que ayudó a forjar la independencia americana. Nació en Chuquisaca el 8 de septiembre de 1788, falleciendo en 1852.
Era caótica la situación de las colonias españolas en América, ya que en pleno Siglo XIX sufrían un vasallaje desmedido, falta completa de libertad y, fundamentalmente, una flagelación y castigo inhumano a los nativos americanos, imperando la esclavitud, y la mita excepcionalmente en los centros mineros, más en la mina más rica de plata, Potosí.
Se añadió en 1805 la invasión napoleónica a España, imponiendo un rey, lo que alertó a las colonias americanas, formándose en ellas cabildos abiertos, dando su apoyo al rey español Fernando VII, recluido en Bayona, en poder de los franceses.
Estos movimientos significaron el despertar de los americanos. En muchos de los cabildos abiertos, los más radicales clamaron con ese pretexto la Independencia y libertad de las colonias. Pensadores, filósofos, eruditos, doctores en leyes despertaron en esos momentos las ideas de Independencia y Libertad, lo hicieron bajo el importantísimo rol de sus universidades.
La universidad de San Francisco Xavier cumplió ese rol con exceso, siendo uno de sus alumnos quien más habría de contribuir a esas determinaciones, José Mariano Serrano.
El 25 de mayo de 1809, José Mariano Serrano participó en el levantamiento chuquisaqueño, colaborando estrechamente con los hermanos Zudáñez, Monteagudo, Lemoine, quienes más tarde, siendo derrotados, fueron hechos presos, expulsados y maltratados.
Mariano Serrano, junto al patriota Michel, igualmente fue en parte uno de los pensadores del movimiento del 16 de Julio en la ciudad de La Paz.
Pasada toda esta actividad revolucionaria, Serrano retornó a las aulas universitarias y obtuvo su título de Doctor en Leyes, el 11 de mayo de 1811, dedicándose a la cátedra universitaria.
Al ser uno de los más decididos luchadores por la Independencia, fue separado del profesorado, y borrado del foro universitario.
José Manuel de Goyeneche fue su principal enemigo; sin embargo eso no altero su vida en Chuquisaca. Ante la venida del realista Ramírez, éste no tuvo ninguna objeción en perseguir a Mariano Serrano, persiguiéndolo y maltratándolo, lo que dio lugar a su huida a Buenos Aires, tal y como ocurrió con muchos otros patriotas alto peruanos. Sin embargo en la política bonaerense había una serie de luchas internas, que no daban sosiego al Gobierno argentino.
José Mariano Serrano conocido por su trayectoria, fue llamado a los comicios populares, que instalaron una Asamblea General Constituyente en Buenos Aires, el 30 de enero de 1813, como representante de la Capital de Charcas, posesionándose en la sesión del 5 de enero de 1815.
Pero la Asamblea General no duró, debido a los problemas argentinos, sus ejércitos auxiliares habían fracasado, y era necesario un Congreso Nacional que salvaría a la patria.
En ese congreso el doctor José Mariano Serrano recibió credenciales como diputado por el Alto Perú, siendo su desempeño brillante y fue nombrado: Secretario General del Congreso de Tucumán el 9 de Julio de 1816, que dio lugar al origen de las Provincias Unidas del Río de La Plata. La redacción del documento histórico fue hecha por el doctor Serrano.
Después de Junín y Ayacucho, el doctor Serrano retornó a su tierra, y según del decreto del 9 de febrero de 1825, los alto peruanos se aprestaron a elegir sus representantes para la Asamblea que definiría su destino.
Serrano, en su calidad de Diputado por Chuquisaca, debido a su trayectoria, más el vibrante discurso en pos de la Independencia de la nueva república, fue elegido como Presidente de la Asamblea.
El documento que erigía como Estado soberano e Independiente fue redactado por José María Serrano, era el 6 de agosto de 1825.
En reconocimiento a sus altas dotes como jurista, el Mariscal d Ayacucho lo designó miembro de la Corte Superior de Justicia.
La vida del Doctor Mariano Serrano, fue de gran actividad política, siendo posteriormente nombrado Plenipotenciario ante el gobierno de Buenos Aires. Al doctor Serrano le tocó desempeñar la presidencia de los tres poderes del Estado, el Judicial en 1841, el Legislativo en l825 y 1839, y el Ejecutivo interinamente en l826.
En su propiedad, en Chuquisaca, llamada Pitantorilla, se encuentra su epitafio: “Se extinguió la luz de su vida, alumbrando a su patria querida”.
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