La Paceñidad en su conjunto, es decir las comunidades indígena-campesinas, la clase media de nuestra ciudad-capital integrada por intelectuales, profesionales, juventud en general, empresarios de primer nivel, mediana y pequeña industria, artesanos, oficinistas, obreros y sectores gremiales, en fin, todo este pueblo que cada día forja una nueva jornada de trabajo y sacrificio para alcanzar un bienestar mejor, debe comprometer una pausa de reflexión y de esperanza en su diario vivir para elegir un gobierno departamental que responda a sus intereses.
Las elecciones subnacionales en el caso de la Gobernación para La Paz, antes que la acumulación de discursos incendiarios para posesionar subalternos intereses político-sectarios o utilizar dineros fiscales en actos escandalosos, como el ocurrido en el Fondo Indígenas, imponen al nuevo gobierno departamental el deber de conocer en lo posible las características de cada provincia, desde Puerto Heath hasta Papel Pampa y desde Ulla Ulla hasta Caluyo, sus potencialidades terrígenas, la capacidad de trabajo de sus moradores, las bondades de sus pisos ecológicos, la situación en que se encuentran sus servicios de educación, salud, luz eléctrica y otros indicadores que hacen a una calidad de vida y trabajo aceptables para un ser humano. Es necesario también tomar en cuenta la miseria que persiste en áreas rurales, la cual está motivando la fiebre de la migración campo-ciudad hasta crear cordones de pobreza en la ciudad-capital y en la ciudad de El Alto.
Las áreas cultivables de la madre tierra en nuestro departamento representan el 50% del total de tierras fértiles en Bolivia, pero, decididamente, la ausencia de estrategias sectoriales de producción, la falta de una planificación sostenible, el déficit de una infraestructura vial medianamente regular, no permiten aprovechar el grado de su producción en calidad y en cantidad. Dado este hecho, se impone dar un gran salto adelante en la promoción agroindustrial del departamento, transformando zonas deprimidas en directos agentes económicos que permitan superar la miseria de las comunidades indígena-campesinas y paralelamente crear fuentes de trabajo para alcanzar una civilizada forma de vida.
Por otro lado, la ciudad-capital por efecto del centralismo financiero y administrativo practicado por gobiernos pasados, ha dado lugar a un crecimiento desmedido de los índices de promiscuidad, desnutrición, bajos salarios, desempleo, mendicidad, estrechas formas de atención en salud y educación, los cuales siguen vigentes, más aún si ahora el Gobierno hace suyo el centralismo político absorbente.
Frente a este gris panorama en que se encuentra el departamento de La Paz, se hace necesario abrir un espacio a la meditación y el cuidado para elegir un gobierno departamental que ponga en práctica los beneficios de la planificación regional y subregional con la capacidad que permita articular las temáticas económico-productivas con los módulos sociales. Necesitamos una gobernación que tenga la responsabilidad de crear emprendimientos industriales y agroindustriales con la participación de la inversión privada sea nacional o extranjera y motivar el concurso de la cooperación externa de organismos comprometidos con el desarrollo. La Paz necesita una Gobernación que deje atrás la sola búsqueda de beneficios políticos sectarios para ejercitar su institucionalidad autonómica y contestataria ante el Poder Central y reclamar con energía y dignidad los derechos paceños en el Pacto Fiscal, conforme a la contribución que hace a la economía nacional.
En el inicio de una administración responsable y seriamente comprometida con el ordenamiento territorial y la tranquilidad ciudadana, la nueva Gobernación debe actualizar la definición de los límites entre la ciudad-capital y los municipios circunvecinos, haciendo uso del Referéndum establecido en el numeral I del Art. 11 de la Constitución y los artículos 12 y 13 de la Ley 339 con la participación del Ministerio de Autonomías, como corresponde a la estructura institucional.
Para la planificación de estrategias sectoriales, captación de recursos financieros externos, que le es permitido por efecto del proceso autonómico, la identificación de proyectos y su puesta en ejecución con una prognosis segura, será necesario que la nueva Gobernación determine la institucionalización de comités operativos sectoriales o mesas de trabajo permanentes con la participación honorífica de instituciones financieras, de representantes de organismos oficiales, entidades privadas especializadas en temas referidos al desarrollo productivo y de esta manera, alcanzar el crecimiento económico del departamento, su valiosa contribución a la economía nacional y el bienestar del conjunto de los sectores sociales.
“Lo que se debe tomar en cuenta es que todo tiene un límite y que La Paz, con méritos bien ganados, continuará siendo Cabeza de la Nación por encima de los designios de postergación que se han hecho patentes. ¡El Pueblo Paceño tendrá que decir su palabra!” en las elecciones subnacionales. (EL DIARIO, 13/2/1998).
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |