La caída de precios del barril de petróleo más allá de afectar a la industria la está obligando a ser más competitiva y proactiva.
Empezará a tomar más iniciativas que resultarán en su completa transformación.
Ya sabemos las causas de la caída del precio del petróleo: producción acelerada de shale-oíl y shale-gas en Estados Unidos obligaron a Arabia Saudita y a los más poderosos miembros de OPEP a producir más petróleo (convencional) y así reducir el precio ante tanta oferta; adicionalmente China y Europa dejaron de exigir energía en las medidas y volúmenes de años anteriores.
Los genios de la industria del shale en Estados Unidos no han bajado la guardia y están reacomodando su baraja con mejores tecnologías de exploración/explotación, de manera que seguirán produciendo petróleo/gas quizá reduciendo sus costes de producción.
El cártel petrolero OPEP no intervino y no la hará aunque el precio del barril esté a USD 20. De manera que no van a reducir su producción combinada de 30 millones de barriles al día 30% de la producción mundial, excepto el pedido -no escuchado- de Venezuela que pidió “rescate” porque para Venezuela e Irán a menos precios de petróleo menos ingresos, porque sus economías no han ahorrado, como por ejemplo Arabia Saudita u otros países del golfo que tienen miles de millones de dólares ahorrados, como producto de la venta de recursos naturales y se pueden “dar el lujo” de vivir a USD 20 el barril, inclusive.
Varios miembros de OPEP necesitan el barril a USD 100 mínimo para mantener sus economías en equilibrio; subrayamos que los países del golfo se pueden dar el lujo de vender a 20 USD el barril como Arabia que tiene ahorros en portafolios de inversión por casi un billón de dólares (900.000 millones).
Hay varias predicciones y “futurología” para el mercado del petróleo: se va a recuperar. Eso sin lugar a dudas. Quizá entre una banda de entre USD 40 – 80 en próximos años.
En esa banda de precios varios proyectos no serán rentables, altos costos de transporte, de explotación y exploración los archivarán de momento: explotación de petróleo en el Ártico, producción del Mar del Norte y otras off shore requieren al menos a 89 USD/barril para ser proyectos rentables.
El shale es una industria que invirtió muchísimo en tecnología. Los frutos los vamos a ver en este quinquenio. De momento para que los proyectos de petróleo/gas no-convencional sean rentables necesitan una banda de USD 55-65/barril.
Aunque las grandes corporaciones petroleras absorbieron el desplome del precio, sus operaciones en otros portafolios financieros, ahorros en bancos, otras operaciones, no sólo les permiten sobrevivir sino seguir respirando y re-pensar sus proyectos en nuevos escenarios de precios.
Los proyectos de “energías renovables” sobre la base de viento, sol y otras “alternativas” para generación eléctrica van a sufrir retrasos porque a menos precio del petróleo y gas, mayor generación de electricidad a menos costo.
Países “gasíferos” -cuyos precios también bajaron por estar el precio del gas fijado al del petróleo- también sufrieron en sus economías y manejos fiscales; será más complicado buscar inversiones en exploración, en producción y para proyectos conjuntos.
De todas maneras la tecnología para la industria del petróleo, gas, energía, electricidad, recibirá miles de millones de dólares en inversión, generando nuevas oportunidades, emprendimientos, empleos y mejores condiciones de exploración, de explotación, refino y transporte. A menos costes, mayor producción y reducción de riesgos. De manera que la reducción de precios del petróleo será compensado con mejores tecnologías que, en este lustro, mejorarán capacidades de exploración y producción, principalmente de shale, que volverá al mercado energético mucho más competitivo.
El autor es analista del sector privado.
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