BONANCIBLE MINERÍA DE VETAS RICAS
Desde la colonia la base de la minería en lo que hoy es Bolivia ha sido la explotación subterránea de vetas. Primero las ricas vetas de plata en el Cerro de Potosí descubierto en 1545, que nutrió con mucho dinero a las arcas españolas. Sin embargo su contenido mineral fue disminuyendo gradualmente y al advenimiento de la República habían empobrecido bastante, aunque todavía constituyeron el sostén de la economía boliviana. En la segunda mitad del Siglo XIX, la mina argentífera más importante fue Pulacayo, descubierta en 1833, donde destacó la rica veta Tajo, con 2.700 metros de longitud, potencia media de 1,10 metros y casi 800 metros de profundidad, que también empobreció hasta finales de siglo.
Minas empobrecidas de plata y una drástica caída de su precio, dieron lugar a la era del estaño en los albores del Siglo XX. En principio las vetas eran potentes, muy ricas y formales, siendo el ejemplo máximo la veta La Salvadora con 2 metros de ancho y 50%, de estaño, que le permitió a Simón Patiño situarse entre los 10 hombres más ricos del mundo. En su mina Catavi (donde estaba la veta La Salvadora) también se dieron mini concentraciones masivas de mineral (clavos), cuya extracción dio lugar a espacios abiertos llamados “saloneos” donde podía caber una cancha de basquetbol. Esta situación aunque en menor escala en riqueza y volumen se dio también en otras minas del país, dándole a Bolivia fama de país minero.
La explotación de estas vetas no requería en principio de grandes inversiones en equipos mineros por el bajo tonelaje extraído (sólo perforadoras y carros mineros) y por su elevado peso específico y alto contenido mineral, el estaño podía ser concentrado por métodos gravimétricos sencillos como los maritates o las mesas concentradoras. Ello provocó una inusitada afluencia de extranjeros de diferentes nacionalidades especialmente a Oruro y Potosí. A la mayor parte de ellos les fue muy bien y pasado el auge de las minas ricas, sus descendientes cambiaron de actividad y se trasladaron a otras ciudades de clima más benigno como La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.
PROBLEMÁTICA MINERÍA DE VETAS POBRES
El prolongado laboreo provocó una caída de la ley de cabeza en proporción a la intensidad de la explotación en las minas grandes, y el agotamiento de la mayoría de las minas chicas. Ya en la década de 1940 las vetas en casi todas las minas eran más angostas, más pobres, menos formales ya que cambiaban de buzamiento (inclinación) y de potencia (ancho) y con más impurezas. El problema se fue agudizando con el paso del tiempo. En 1981 la ley de cabeza de Catavi fue de 0,34% Sn.
El laboreo minero subterráneo de vetas angostas (menos de 2 metros de ancho) es difícil de mecanizar, por lo que más que de los equipos utilizados se depende del rendimiento del perforista, por cuya razón la productividad es bajísima comparada por ejemplo con laboreos masivos como el de cielo abierto (Kori Kollo y San Cristóbal) o la minería aluvional (dragas de Estalsa y COMSUR), que en gran medida dependen del rendimiento de los equipos, más fáciles de controlar.
Además el laboreo de vetas angostas impone un seguimiento riguroso de la veta (que puede cambiar de buzamiento) y que sea trabajada con el menor ancho posible para disminuir la nociva dilución. Por ejemplo una veta de 10 centímetros con 5% de estaño, rajada a 1 metro de ancho dará mineral de 0,5% Sn para el ingenio, diluyéndose 10 veces. El ancho de rajado –que depende del buzamiento y de la competencia de la roca encajonante (caja)- generalmente es de 1 metro, ancho al que se diluyen los contenidos de mineral para el cálculo de reservas de vetas angostas.
Lamentablemente para estas vetas se siguió utilizando los mismos equipos (perforadoras y barrenos de hasta 2,40 metros de longitud), los mismos métodos de explotación (rajos de acopio, corte y relleno y abiertos) y los mismos sistemas de contrato con perforistas, que privilegian la productividad y descartan la selectividad, que han dado por resultado una excesiva dilución, que empeora cuando se pierde la veta (más dilución hasta retomarla), resultando leyes de cabeza excesivamente bajas, que especialmente en Comibol produjeron millonarias pérdidas y el cierre de minas. El error fue adaptar las vetas a los equipos, cuando debió ser al revés.
Estas vetas angostas necesitan ser trabajadas en forma selectiva, así se sacrifique la productividad. Existe el método llamado “circado de veta” con el que se extrae en la veta lo menos diluida posible y la caja. En el ejemplo de la veta de 10 cm y 5% Sn, si con la caja se extrae 20 centímetros (para luego extraer 80 centímetros de caja), la ley del mineral será 2,5%, que favorecerá para una mayor ley de concentrados y una mayor recuperación. Si con mucho cuidado se extrajera sólo la veta la ley sería del 5% Sn. Las cooperativas explotan las minas dejadas por Comibol en forma semimecanizada y hasta artesanal, pero en forma muy selectiva; por ello sobrevivieron a los precios bajos y con precios altos lograron elevadas utilidades, porque adaptaron la forma de trabajo (sacrificado por cierto) al carácter de las vetas. Corolario: en la explotación de vetas demasiado angostas es más importante la selectividad que la productividad.
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